miércoles, 30 de enero de 2013

A TI QUE TE CREES PERFECTO


A ti que te crees perfecto

Nos pasamos horas buscando grandes frases, con el fin de compartirlas en las distintas redes sociales.

La mayoría nos sentimos identificados con ellas.
Hablan de diversidad de cosas relacionadas con el amor, la amistad, la salud, el esfuerzo etc.
Parecen hechas para cada uno de nosotros. Necesitamos aferrarnos a ellas, sacian nuestras carencias, fracasos, desengaños, ilusiones etc.


Las vemos expuestas en el facebook y nos reconforta, creemos ser los ejemplos de dichas frases.

La realidad para mi es otra, las leo, y ¡sí! son perfectas.
Pero es esa perfección la cual me hace ver lo distante que me encuentro de ellas.

Nuestra vida transcurre por el camino de la pretensión, continuamente exigimos a nuestro entorno estar a nuestra altura, pero tendríamos que pararnos a meditar, mirar hacia abajo y tender la mano, a veces las personas no podemos subir al mismo paso los escalones del día a día, o simplemente puede ser que te creas estar sobre él y simplemente estés suspendido en una nube.

Cuando pensamos en la amistad, enseguida pensamos en los amigos, compañeros con los cuales nos sentimos a gusto. Pero lo que tendríamos que plantearnos es que es lo que nos aleja de otros.

Las personas somos la suma del todo, tanto los valores como los defectos.

Yo he criticado.
Yo he tenido envidia.
Yo he sido racista.
Yo he sido egoísta.
Yo he ...


La vida es como un campo lo puedes cuidar y conservar o simplemente pasar por él. Si eres de los primeros por cada planta que se te marchite florecerán varias a la par, y tan hermoso será el campo que desprenderá armonía, paz y seguridad
.
Si por el contrario eres del tipo de personas que simplemente pasan por el campo, este se descuidara, se verá al tiempo prendido de maleza e irradiara inseguridad, desconfianza y temor.

En resumen las frases que continuamente colgamos en facebook, no son más que el fiel reflejo de nuestras penurias, que ilusos seriamos al pensar lo contrario.

No te creas perfecto, pues este será aquel que sepa reconocer sus defectos.
Antonio José Mascaró

domingo, 27 de enero de 2013

Un Dia Extraño

 
Un Dia Extraño
 
 
Un día te despiertas en medio de la noche, y sabes que algo está a punto de acontecer, pero aun lo ves difuso. A la hora del desayuno, notas una vitalidad inusual, algo habita en el tiempo. Una vez en el trabajo todo parece transcurrir con una serenidad inhabitual, pareces un mero espectador en la función. Al llegar a casa no te encuentras apenas cansado, rebosas energía a tu alrededor, contagias el ambiente de carga positiva. A la hora de acostarte no tienes ninguna prisa, está claro que no es normal, algo extraño y puede que sobrenatural te está pasando, ¿ Donde ha ido a parar ese cansancio acumulado, el estrés, los nervios?. Me pregunto si no estaré incubando algún tipo de enfermedad. Me decido a consultar el planin del mes de agosto !Coño!, ahora lo entiendo si estoy de vacaciones, pues nada hasta luego que tenéis que seguir currando jeje. Un saludo

¿ Que estoy pensando?


¿Que estoy pensando hoy?.
Pues la verdad pienso que tal vez seria mejor no pensar, de hecho hay estudios cientificos que lo avalan. Tambien hay distintas formas de pensar, pensar a nivel de ir progresando en los estudios ( esta es normal y complensible). Tambien esta el pensar para hacer daño, practica muy habitual a lo largo de los siglos, tampoco nos podemos olvidar el pensar en los demas, que suele tener varias vertientes, creo que se me entiende verdad. Los hay que les pagan para pensar ( ojo que estos son peligrosos) un ejmplo actual son los políticos.

Los hay que piensan mal ( nunca lo e entendido, porque se dice que piensan mal, si siempre suelen acertar). Los hay que piensan a destienpo ( si hubiese hecho eso). Los hay que solo piensan en la enfermedad, estos tienen mucha culpa del actual deficit en la seguridad Social. Bueno ahora que pienso, tengo que irme....

La Soledad


La soledad es ausencia, vacio. Es en la soledad cuando se aprecia un amigo que no se tiene, el des amor del amor, nos damos cuentas de las heridas de la vida, los cardenales causados por el transcurrir de los años.
La soledad es la antesala del olvido, la soledad es una traición, una respuesta, un silencio, una venganza.
La soledad es hambre, es un veneno que se apodera de nosotros, nos roba los mejores momentos, nos limita el lenguaje, nos adentra en la jaula de los ausentes.
La soledad no tiene amigos, ni conocidos. Nos va enfriando la sangre de tal forma que anula los sentidos.
La soledad es el final del camino, la última parada.
La soledad nos despoja el aire y nos arranca el tiempo.

La soledad eres Tú, que ya no estás.



 
Viaje en el Tiempo en VENLEVITAE
 
 

En la madrugada del domingo 28 de octubre cuatro trabajadores del SAR vivieron unos momentos angustiosos.
La noche parecía transcurrir sin incidencias reseñables. Pero el destino empezaba a adentrarse en sus caminos.
Entre otras misiones no menos importantes se nos fue encomendada la arriesgada hazaña de viajar una hora hacia atrás en el tiempo. Como expertos profesionales adiestrados en varias vicisitudes de la vida, nos comprometimos a llevarla a buen término.
La hora prevista para dicha misión era pasar de las 3:00 de la madrugada a las 2:00 horas.
Decidimos urgir  un plan, el margen de error era inexistente, el SAR había puesto toda su confianza en dicho equipo de personas tras varias pruebas realizadas entre varios voluntarios del grupo SAR a nivel nacional.
A la hora señalada sincronizamos los relojes, en ese preciso momento éramos conscientes que estábamos haciendo historia.
El siguiente paso era ser relevados por otro conjunto de compañeros no menos cualificados, la hora elegida las 7:30 horas.
El éxito se palpaba en el entorno, íbamos a ser encumbrados hacia la gloria.
Pero los acontecimientos dieron un giro de 360 grados.
Algo inexplicable a la percepción humana estaba sucediendo, pasado y presente se unían, eran momentos de angustia y dolor, no podíamos asimilar lo que sucedía. Todo indica que en algún momento del proceso fuimos saboteados por el destino, la historia sabrá poner en su lugar a este grupo de personas que se enfrentaron a hechos paranormales.
A día de hoy siguen realizando una vida normal, si bien es cierto que hay momentos que se sienten náufragos del tiempo.

PD; Basado en hechos reales
Antonio Jose Mascaro.

el instante 1


Te mando unos pequeños capítulos ( para cuando uno va al baño vamos).

EL INSTANTE 1

 

Hoy desperté, todo se ha transformado. Me siento bien, percibo con una claridad pasmosa. Todo lo que ayer eran prejuicios, temores, envidia, dolor, inseguridad se ha desvanecido.

He conseguido desprenderme de las mordazas que al transcurrir de los años se van afianzando en el corazón.

Ya no percibo el miedo en mi interior, puedo pensar en voz alta, la brisa de la mañana aleja la duda y e l rencor.

 

Hasta hoy las paredes de mi vida se habían transformado en muros, mis ojos solo vislumbraban los tonos grises y fríos del día a día.

Vivía suspendido en el teatro de la vida, cuando percibía el final de la obra me aferraba al pasado y saboreaba pequeños sorbos del ayer.

 

Hay mas movimiento en casa de lo  habitual, veo los semblantes tristes, algo se fragua en el ambiente, pero tengo el firme propósito de aislarme y disfrutar de este día.

Lo primero que hare será resolver una deuda pendiente. Tal vez podáis pensar que es económica, no, la realidad es que todo es más sencillo, simplemente es abrazarla y decir te quiero.

Dos palabras sin embargo que dichas sin la fuerza del corazón son el vacio más inmenso, como el saludo de la despedida, como la verdad de la mentira, como añorar al extraño.

 

Quiero levantarme, pero temo romper este momento mágico, pocas veces nos brinda el destino estos periodos de paz. Estos días atrás debido a un problema de salud he tenido que convalecer en cama. Físicamente me encontraba desecho, no podía caminar, me sentía como un boxeador que ha aguantado todos los combates del destino, y se encuentra en el último de su vida.

Nunca  en mi vida me acaeció un periodo de tal lucidez, me he visto transportado a mi niñez, me asaltan momentos ocultos en los rincones más insólitos de mi memoria.  Me siento como un viajero del tiempo…….

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Me  considero un espectador de una superproducción, pero con la salvedad de verme protagonista.

Porqué los recuerdos más hermosos de la niñez se vuelven  invisibles con el tiempo, se empecinan en vivir aletargados en nuestros recuerdos. Al principio me cuesta entenderlo, pero poco a poco  consigo vislumbrar el porqué. Es un mecanismo de defensa, a medida que nos vamos haciendo adultos nos adentramos en una etapa plena de contradicciones, nuestro caminar por la vida está lleno de pasos en falso, desengaños, mentiras, envidias etc.

Si los maravillosos recuerdos de nuestra niñez estuviesen presentes continuamente no podríamos avanzar, nos quedaríamos estancados embelesados en los recuerdos, y serian esos los que poco a poco nos consumirían y nos desconectarían del mundo real, con las consecuencias que esto nos acarrearía.

 

Puedo ver el día de mi nacimiento,¡ Cuanto puede transmitir el primer abrazo!. Al cobijarme mi madre en sus brazos todos los miedos se disiparon, me transmitieron seguridad  y amor. ¿Qué más podía pedir?, al fin y al cabo acababa de llegar.

A mi espalda estaba mi padre, en un principio me dejo perplejo,  estaba inmóvil, su rostro era un reguero de lagrimas. Al instante entendí que era debido a su estado de alegría, no movía un ápice de su cuerpo.

Durante los primeros días me presentaron en sociedad, algo me decía que yo debía de dar algún tipo de suerte, pues no había persona que se fuese sin haberme propinado media docena de besos, sin hacer mención a los elogios que me propinaban. Yo la verdad es que al verme reflejado en el espejo no lo podía entender, era tan diferente a ellos.

Mi cabeza apenas estaba habitada por cuatro pelos, la estatura era preocupante, y para más inri no paraba de mear y hacer de cuerpo.

Mis primeros años pasaban ante mí, detalles que  habían naufragado  en mi mente volvían a desembarcar. Vi ante mí,  mis primeras palabras (todo un acontecimiento), mis primeros pasos.

Si darme apenas cuenta algo empezó a cambiar, la sociedad empezaba a marcarme sus pautas. Era un estado contradictorio por un lado me sentía agradecido de integrarme, pero por otro me sentía agotado.

Me empezaron a llevar a un recinto el cual pase a convivir durante unas horas con personas muy parecidas a mi, tanto en su físico como en sus costumbres, entendí que sería una especie de club.

Continuamente me marcaban pautas, tenía que decir gracias, comer yo solo, no moverme de la mesas, ir al baño, no tirar los juguetes etc.

Pero de todos estos comportamientos había uno que me irritaba especialmente, tenían una obsesión que hoy se podría catalogar de convulsiva , no paraban de quitarme el chupete y esconderlo. Porqué me lo ponían todo tan complicado…….

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Nunca había visto tan concurrida mi casa, algo me incita a pensar que deben estar preparándome una fiesta, dado que este último año mi salud ha sido precaria.

Es más me ha parecido oír que llegarían dentro de dos horas, la verdad es que en nuestra familia nunca se ha llevado bien lo de mantener algo en secreto. Como veo que están ajetreados esperare un poco más para levantarme con el fin de que les dé tiempo a ultimar los últimos detalles.

 

Seguiré aprovechando este estado de lucidez, y continuare visionando esos momentos que creí haber perdido en la mudanza de la vida.

Recuerdo cuando el juguete más utilizado era aquel que no se anunciaba en la televisión, me estoy refiriendo a la imaginación. Esos añorados años en los cuales éramos capaces de construir fortalezas con cartones y piedras, tal vez solo tuviésemos un juguete pero era nuestro juguete, con el compartíamos nuestros secretos, nuestras ilusiones y confidencias. Quien no ha compartido largas noches de insomnio abrazado a su muñeco, en esos instante aferrados a él daba igual la situación política, económica, familiar que estuviese aconteciendo en esa época, nosotros solo necesitábamos un juguete y una sabana.

Recuerdo mis cumpleaños, tan sencillos, pero a la vez tan limpios. Solía llevar caramelos, o cualquier chuchería para repartirlas entre mis compañeros. Era un instante de gran responsabilidad, dado que al repartir los caramelos tenias que ir con ojo a no equivocarte, la mayoría de veces venían contados.

Hoy en dia es muy diferente, un cumpleaños se asemeja a servir pleitesía ante el rey. EL Rey celebra una fiesta en su corte ( Chiquipark),y  en este sublime  acontecimiento todos sirven pleitesía.

El soberano se sienta en su trono y los súbditos van desfilando con sus regalos. Bueno cada acto suele ser el fiel reflejo del momento histórico que se está consumiendo. No quiero ni pensar que le puede ocurrir al siervo que osara ponerse ante el rey sin ninguna ofrenda digna de él. A buen seguro sería condenado al destierro.

A los cuatro años tuve mi primer tropiezo con la iglesia, ocurrió en el colegio, de monjas por supuesto.  Es curioso como algo que ocurrió hace miles de años pudiese marcar tanto el devenir de aquellos años,  como era la creación del hombre ( Adan) y la mujer (Eva), y como no,  la sobre valorada manzana.

Con el fin de proteger posibles tentaciones los alumnos se dividían en clases unas  compuestas por niños y otras de niñas. La iglesia que proclamaba a los cuatro vientos el perdón, nunca ha perdonado el primer pecado original ( Eva y la dichosa manzana).

Bueno un día estando en clase se ve que debí realizar algún acto subversivo de gran magnitud, pues la monja que en ese momento impartía clase, cogió unas tijeras y amenazo con cortarme la lengua, la verdad que en ese instante estaba convencido de haber expuesto mis últimas palabras, la monja en cuestión decidió que encerrándome en un armario tal vez fuese suficiente. Durante el castigo medite y decidí que tenía que escapar, eran una misión que revestía un arduo  conocimiento del recinto. Mi plan consistió en hacer creer a la monja en mi imperiosa necesidad de ir a orinar, me miro durante tres segundos que sin duda alguna fue una eternidad para mi persona,  decidió ser compasiva y me dio su permiso.

La libertad la tenía ante mis ojos, apenas me separaban quince metros, debía  obrar con inteligencia dado que la velocidad no era mi fuerte, desde hacia un tiempo tenía que caminar con un pequeño armatoste en la pierna. Si con las tijeras de la monja entendí las dificultades que podría tener para seguir hablando con el armatoste  deduje que el poder caminar en ese mundo me iba a acarrear momentos difíciles. ( Fin 3)

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Fue más fácil de lo que en un principio había calibrado, sin dudar un instante me encamine hacia mi barrio. Me sentía como un adulto,  gozaba de total autonomía para pasear por la ciudad. Cuando apenas me quedaban unas centenas de metro para llegar mi fuga se desmorono, un corpulento agente de la autoridad me dio el alto, yo en aquel momento podría haber alegado que iba hacia el trabajo, pues en aquellos tiempos debido al boom turístico, se necesitaba mano de obra inmediata, hoy en día me hubiesen tomado por loco.

El agente una vez realizado su exhaustivo interrogatorio, se ofreció voluntariamente para escoltarme hasta mi casa. Intente sobornarle con todo un repertorio de miradas, pero evidente mente estaba ante un incorruptible hombre de la ley.

Los hechos que acontecieron ese día, aun habiendo prescrito pasare a omitirlos dada su violencia. Que injusto es percibir en tu tierna infancia que todo ese mundo maravilloso, lleno de mimos y apenas obligaciones se va truncando por momentos.

Recuerdo  la primera intervención quirúrgica de cierta envergadura que me realizaron para corregir el problema que me acontecía en el pie. La verdad que debido a mi temprana edad no era consciente de posibles complicaciones, así que en todo momento pensé que era afortunado, hoy en día sigo pensando lo mismo. Si afortunado por aun siendo una familia humilde y sin grandes posibilidades económicas, pude ser operado y tratado sin ningún sobre coste. En estos tiempos tal vez mi futuro como el de otros muchos niños hubiese estado plagado de trabas burocráticas y económicas.

Al despertar de la operación la verdad es que los primeros momentos fueron de un dolor intenso, pero al poco tiempo fue cesando. En los días siguientes mi suerte comenzó a crecer, no cesaban de venir distintas visitas y cada una acudía con un detalle para mi, ya fuesen dulces, cuentos o juguetes. Era maravilloso,  lo que en primera instancia  a todas luces parecía ser un problema para mí y mi familia, yo no podía dejar de verlo como una suerte que me estaba proporcionando una dosis extra de cariño, y acompañado de presentes.

La vida a menudo es cruel, y poco a poco fui siendo consciente que algunas personas me observaban  y trataban diferente, cuando sientes que las miradas siempre se dirigen al mismo punto, te gustaría que pudiesen ver más allá. Recuerdo muchos insultos provenientes de mi época infantil y juvenil inclusive, pero a veces el mayor de los insultos es la indiferencia.  Si algo tengo que agradecer a las secuelas físicas que me han acompañado durante toda mi vida es haberme hecho más fuerte, y darme la oportunidad de mirar a las personas más allá de su aspecto.

Cuando nos disponíamos a jugar partidos de futbol en la plazoleta, los dos capitanes eran los encargados de elegir uno a uno a los integrantes de cada equipo, yo siempre era el último y si encima éramos impares ni siquiera tenía opción de jugar. Lo más fácil hubiese sido aceptar las reglas, pero en mi interior sabía que podía hacerlo mejor o igual que los demás compañeros, y creo que fue en ese instante cuando supe que a lo largo de mi vida siempre tendría que poner algo mas, habría de ganarme cada paso que diese.

Recuerdo con especial cariño las mañanas de los sábados, debía de tener unos siete años, era el día que mi madre bajaba al colmado a realizar  la compra, en ese instante poníamos nuestra operación en marcha, cojamos los colchones de las camas,  las sabanas y en cinco minutos nos construíamos una casa. A buen seguro ahí se estaba engendrando la famosa burbuja inmobiliaria.

Yo como muchos de mi generación nos criamos con los reyes magos, tiempo más tarde se instalaría en las familias Santa Claus, con que nostalgia se proyectan esos momentos, es cierto que varios de los juguetes que enumerábamos en la carta no llegaban a su destino, pero con el tiempo lo entendí. Agradezco de corazón cada detalle por pequeño que fuese en su momento, porque es ahora cuando entiendo que tal vez el regalo más insignificante para nosotros era el que mas sacrificio a buen seguro había requerido por parte de nuestros padres. Es hoy cuando al llegar estas fechas tengo que agachar la cabeza y preguntarme qué generación estamos preparando, si la burbuja inmobiliaria al final estallo, no quiero pensar el día que muchos de nuestros hijos se vean expulsados de sus respectivas burbujas, y se encuentren de frente con la realidad, será un duro despertar.

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Son las once de la mañana, pese a encontrarme tan absorbido en mis pensamientos decido que es hora de ponerme en marcha. La verdad es que me gustaría tener un poco de intimidad, dado que no tengo por costumbre salir de la cama con mi habitación tan concurrida de gente. Observo que colgado  en el picaporte del armario está preparado un traje negro que hace al menos dos años que no utilizo, la verdad es que nunca me gusto ir de etiqueta, en concreto siempre había bromeado con la familia argumentando que solo volvería a llevar traje en mi entierro y así conseguiría quemarlo. Siempre he tenido  un alto porcentaje de vergüenza, hasta el punto que en muchos instantes de mi vida he ofrecido una imagen contrapuesta a la que en realidad pienso  que con el tiempo y confianza saco a relucir.

Cuento hasta diez y me levanto sin más, cojo la ropa y como si fuese un cuerpo traslucido me dirijo al baño. Me aseo con toda la paciencia del mundo, y me contemplo en el  espejo sin poder contener la risa al verme con el traje, la sensación es como cuando uno se disfraza.

 

Al cuarto de hora ya estoy listo me apresuro a salir de la habitación, quiero hablar con mi mujer hace tiempo que tenemos una conversación pendiente y creo que hoy es el día adecuado pues veo todo con mas perspectiva. Me dispongo a salir de la habitación, pero por una milésima de segundo algo no me encaja, dirijo la mirada a la cama y sigo en ella, un frio inmenso recorre todo mi cuerpo, tengo la absoluta certeza de que no estoy en un sueño, me acerco con pasos cortos hacia el lecho, no soy consciente de mis movimientos, no obedecen a un acto voluntario. Me arrodillo junto a mi cuerpo y mi mano se dirige hacia el rostro, lo empiezo a ver claro todo, una catarsis de imágenes  franquea  por mi cabeza, tengo la certeza de estar ante mi propia muerte. Es una sensación extraña no podría describirla es una mezcla de cientos de sensaciones, miedo , rabia, descanso, negación, rebeldía, etc.

 

Salgo de la habitación y ante mí se me presenta la respuesta cruda y directa, dos coronas estas apoyadas junto a la librería, en una de ellas puedo leer “ De tu mujer e hijos, siempre estarás junto a nosotros” en la siguiente “ Tu familia y amigos te queremos”, tengo que sentarme y cerrar los ojos.

Necesito imperiosamente llorar pero es inútil, soy consciente que no tengo pulso, he perdido cualquier sensación física en mi cuerpo. Pero los sentimientos lejos de quedarse en el cuerpo que yace en la cama me acompañan, a lo largo de mi vida siempre me había resistido a llorar, pero ahora que soy consciente de la imposibilidad de sollozar, comienzo a sentir un dolor que sin ser físico es más cruel y doloroso.

Cuantas cosas por decir, te quiero ,perdona, un beso, un abrazo, una mirada, un paseo, una caricia…..

He perdido todo pero mi dolor se ha adosado a lo que queda de mi.

Salgo fuera de casa, necesito espacio, me dirijo a un parque cercano donde varias veces me decía a mi mismo tengo que traer a mi hijo más a menudo, pero siempre había un pretexto para  aplazar la visita.  Decido ser realista y analizar la situación, lo primero es asimilar que estoy muerto, y dado a mi más que dudosa fe religiosa, no creo que de momento me esperen en ninguna parte por ahí arriba. Tengo muchas dudas, pero que colegio, enciclopedia, wikipedia…te explica a ciencia cierta que nos acontece después de la muerte, nadie ni nada. Te puedes aferrar cualquier creencia o religión como acto de fe, pero la realidad empieza justo en el momento que ya no estas.

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Después de transcurrir un tiempo sentado, decidí regresar hasta el que hace unos instantes había sido mi hogar, tenía que estar presente no quería renunciar de la que hace poco era mi vida, y de un día para  otro dejaba de ser presente para afincarse en el pasado.

La funeraria había hecho acto de presencia, rogaron a las personas presentes en la habitación que procedieran a desalojarla, y allí estaba yo, con los empleados y mi otro yo. Si obviamos algunos comentarios que estos realizaron sobre mi persona, la verdad es que hicieron un buen trabajo, sin lugar a dudas debían de llevar un largo tiempo en la profesión.

La sensación que tenía ante mi cuerpo inerte, se había transformado en paz, me infundía respeto por el cuerpo que yacía ante mí, hay estaba mi parte física y material. Me introdujeron en el féretro y se encaminaron hacia el tanatorio.

Decidí quedarme en la casa, no me veía con las fuerzas necesarias para presenciar mi incineración, toda mi vida se iba a reducir a un puñado de cenizas. Es ahora cuando asimilo el pequeño espacio que ocupamos en la inmensidad, ilusiones, esperanzas, fracasos, todo lo que creíamos abarcar terminaba a buen seguro en una pequeña urna.

Volvieron a sucederse imágenes de mi vida, en esta ocasión me producían angustia y una tristeza que de haber estado vivo hubiese sido a buen seguro la causa de mi muerte. Comencé a recordar los amigos que había ido perdiendo en los peajes de la vida, amigos que nos juramos que siempre seriamos uno, amigos con los que viví momentos que nunca debí haber guardado en el cajón del olvido. E n especial me recree en el momento que viví en el verano del 86, la pandilla con la que por aquel momento nos juntábamos mi mejor amigo y yo ( quien no ha tenido un mejor amigo), había planeado ir a la piscina del polideportivo, un nuevo problema surgía ante mí, por si era poco la sensación de sentirte inferior, se sumaba ahora la de no saber nadar, de todos los amigos resultaba que yo era el único que poseía dichas cualidades. Mi amigo y yo nos pasamos toda la semana intentando hacerles ver que tal vez sería conveniente ir a otro lugar, pero teníamos varios elementos en contra, pero el más destacado era la temperatura, esta invitaba a tomarse un baño. Una vez que me resigne y acepte que no habría más remedio que acudir a la piscina, decidí junto a mi amigo informar poco a poco de mi condición. Toda la semanita intentando hacer ver que no sabía nadar, y tanta incredibilidad por la otra parte consiguió al final hacerme creer que dominaba el arte de nadar, y ahí  estaba yo en el polideportivo convencido de saber nadar. Mi amigo me había instruido de toda la teoría necesaria para poder desenvolverme en la piscina,  era tal mi confianza que fui directo al borde de la piscina y me arroje en plancha, cuando apenas había recorrido unos metros la realidad se me presento ante mí, empecé a chapalear y sumergirme en el agua, los que me conozcáis sabréis que normalmente suelo enfocar la vida como si fuese el club de la comedia, y esto precisamente es lo que pensaron mis amigos, que estaba haciendo comedia. Cuando llevaba menos de un minuto chapoteando empecé a pedir socorro, miraba a mis compañeros pero vi que no se alteraban lo mas mínimo. No podía mas y las fuerzas me abandonaban,  me rendí ante aquella pequeña piscina que para mí era todo un océano de desesperación. Deje los brazos muertos y me apresure a despedirme de la vida esta iba a tocar fondo, nunca mejor dicho.

Y justo cuando iba a abrir la boca para absorber toda el agua que mi cuerpo pudiese una mano me agarro, era la mano de mi mejor amigo, me aferre a ella, pues era consciente que era la llave de la vida, solo ella podía abrir la puerta que me separa del ayer al presente. Por un instante casi arrastro a mi desventura a mi amigo, pero conseguimos llegar a la escalerilla de la piscina, la agarre con las pocas fuerzas que aun poseía, entendí que la muerte me había visitado, pero evidentemente no conto con mi amigo.

Con el paso de los años he ido valorando mas la hazaña de mi amigo, y no entiendo como fui perdiendo el contacto con él, siempre le estaré agradecido por haberme otorgado la oportunidad de seguir jugando la partida de la vida.

Gracias Antoñin….continuará

 

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Habian transcurrido aproximadamente cerca de dos horas, eso me hizo pensar que en  ese instante mis cenizas estarían reposando en su última morada. No pude contener una pequeña sonrisa, me vino a la memoria los momentos en que mi esposa y yo habíamos tratado el tema de la muerte. Ella siempre era partidaria de que las esparciéramos en un lugar agradable, yo siempre hacia uso de mi humor, y le pedía que por favor en mi caso las tirase por el retrete. Ella se enfadaba, pero inmediatamente exponía mis razones, desde mi más tierna infancia siempre me acompaño una duda, y esta era ¿ Donde iba a parar todo lo que se echaba al wáter?, y bueno que mejor momento para investigarlo. A la vez le decía que debía de ser un viaje apasionante pues era como entrar en un gran parque acuático, me lanzarían al agua y yo disfrutaría del trayecto sabiendo que mi vida ya no corría peligro, disfrutaría del oleaje, las rutas misteriosas y plagadas de diversa fauna marina, exploraría rincones que jamás ningún humano fue capaz. Quien sabe tal vez descubriría un mundo paralelo, la muerte sin duda me brindaba la oportunidad de viajar y ella tenía que entenderlo.

Pues bien, visto ahora con perspectiva espero que no se lo tomase al pie de la letra.

Tengo que ver a mis hijos, necesito estar cerca, no puedo soportar haberlos abandonado de esta forma, me siento culpable de tantas cosas, porque no acudí antes al médico, porque no cuide mas mi salud, porque no les dedique más tiempo, porque , porque, porque…..

Poseía la certeza de saber donde los podía encontrar, así que sin más dilación me dirigí hacia la casa de mis vecinos, me plante ante la puerta y durante unos segundos baraje la posibilidad de quedarme fuera, en vida siempre había deseado que se me abriesen todas las puertas, y ahora que no es necesario me planteo si es ético invadir la intimidad de las personas en forma de espectro.

La necesidad de poder estar junto a mis hijos es más imperiosa que cualquier razonamiento, por tanto sin vacilar un segundo más me adentro en el hogar de mis vecinos. Reme, mi vecina esta en el comedor, se dispone a hablar con el móvil, yo me dirijo hacia la habitación contigua, dado que es la salita habitual donde juegan los niños, apenas me separan unos pasos pero al oír la conversación freno inmediatamente. Mi vecina esta comentando la desgracia acontecida a sus vecinos, “deja mujer y dos niños”, relata todo  con pelos y señales. Me gustaría poder evitar la conversación, mis hijos están allí mismo escuchando atentamente la realidad que durante todo el día todos se empecinaban en disfrazar. Si hubiese quedado algún vestigio de vida en mí, a buen seguro habría desaparecido en ese momento. No podía contener el dolor, allí tenia a lo que más quería viéndoles sufrir en silencio.

Mi hijo el mayor saca entereza de su interior, e intenta consolar al pequeño. En ese preciso instante sin él saberlo ha asumido un nuevo rol en la familia, ha dado un salto en su madurez y se ha desprendido de una valiosa porción de su infancia a la cual jamás podrá regresar.

Me he ido de este mundo con la deuda del tiempo que no dedique en especial a este hijo, José.

Durante los primeros años de su vida me perdí momentos que con el paso de los años se convertirían en un vacio inmenso en el baúl de mis recuerdos.

Todos los años que trabaje de noche me fueron restando momentos.


Si algo me está enseñando la muerte, es que esta no es la solución al dolor en vida, pues se embarca en nuestro viaje al mas allá como polizón.

Me acerco a ellos e intento arroparlos con mis brazos, pero el intento es en vano, no percibimos ninguna sensación física, les llamo, les susurro al oído, pero nunca unas palabras fueron tan mudas.

Mi vecina alejada de cualquier sentido del tacto sigue haciendo sus respectivas llamadas, durante más de veinte minutos se repite la misma conversación. Mis hijos se hunden, se abrazan y desatan en lágrimas. Cada una de ellas es una nueva herida en mí.

No aguanto el momento, tal vez esto sea un castigo, si, sin lugar a dudas debía de ser eso. Una vez que hube madurado nunca congenie con la fe católica, ni de ninguna religión en general, a mi entender es una forma más de manejar a las personas, infundir miedos, controlar a la sociedad, dirigir países etc.

Mi forma de pensar era más sencilla, me bastaba con abrir los ojos y ver a mi alrededor, no necesitaba unos mandamientos que me dijesen donde estaba el mal y el bien, que actos eran impuros o pecado.

Pese a esto recuerdo mí tiempo en catequesis con gratitud, y sin lugar a dudas disfrute de ese periodo y me enriqueció. Pero a medida que fui creciendo los relatos que emanaban justicia, bondad, sacrificio en las clases de religión se me fueron desplomando frente a mí.

Cuando empiezas a mirar mas allá del guion que te impone el sistema, te empiezan a surgir dudas, inquietudes y llegas a la conclusión que es una forma más de esclavizar a las personas en función a su alma. Somos tan egoístas que no resistimos a reconocer que al igual que una planta nuestra existencia es paralela.

Nacemos al igual de una semilla.

Necesitamos de mimos y cuidados.

Crecemos merced al agua y la luz.

Cada nueva etapa en la vida florecemos.

Nos marchitamos.

Y morimos.

Claro que nuestro miedo y ego no nos permite conformarnos con esto, necesitamos creer que no hay un final absoluto, toda una vida no puede terminar como una mala película, y es ahí cuando nos aferramos  a la religión, dado que esta nos ofrece el billete a la eternidad, eso si hay que pagar un peaje.

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Se acerca la noche, ha sido un día largo sin duda, en otro tiempo hubiese podido realizar la afirmación “no lo olvidare en la vida”, pero en esta coyuntura, en  la que hasta la madrugada de hoy fue mi vida y se disipa por momentos no tendría sentido. Acaso puedo considerar vida el no poder abrazar a mis seres queridos, poder transmitirles que estoy ahí a la vera de ellos. Me bastarían cinco minutos de tregua en mi estado actual para poder despedirme de ellos. Hacerles ver la importancia de valorar las pequeñas cosas, una caricia, un beso, un paseo una conversación.

Sin duda nacemos libres, pero justo al abrir los ojos y respirar ya estamos condicionados por una telaraña que apenas percibimos, pero a medida que crecemos esta se va transformando   más fuerte, y nos va limitando la libertad.  Día a día vamos dejando de ser nosotros, para convertirnos en lo políticamente correcto. Tus sueños y anhelos se esfuman por el camino. Al dar nuestros primeros pasos no tenemos miedo a nada, mas tarde cada nuevo tropiezo en la vida nos vamos adormeciendo, nos volvemos prudentes, y esta es la antesala del miedo.

Llega un tiempo en que empezamos a sufrir por  lo que no tenemos cuando lo valioso es lo que tenemos, y es ahí cuando nos hace la visita la araña, que no es otra que la depresión. Tantos años luchando por estar a la altura de la sociedad, que nuestras piernas flaquean, los brazos se desvanecen, nos hemos rendido, comenzamos a sentirnos incluso a gusto en la red.

Pero no nos preocupemos  la araña ya se encargara de darnos la pastilla de la felicidad, que a buen seguro nos acompañara el resto de nuestros días. Siempre dependeremos de ella y permaneceremos dormidos en vida.

Yo no fui fuerte en vida, también me deje llevar por la araña, de ahí la imperiosa necesidad de poder hablar con mi mujer e hijos y hacerles ver de la importancia de seguir caminando, no tener miedo a deambular en esta vida, tener la libertar de equivocarse. Dejar de tener miedo al miedo, por dura que sea la situación actual, les basta mirar atrás y tendrán la respuesta.

Si están aquí es porque nuestros antepasados se sobrepusieron a epidemias, guerras y posguerras.

Ningún momento en la historia fue fácil, y es esa historia la que nos tiene que dar la fuerza y energía para seguir caminando. Si todos empujan la telaraña cederá y respiraremos libertad, los miedos mudaran de piel y seremos nosotros otra vez.

Me adentro en la habitación, allí esta mi mujer durmiendo sin lugar a dudas gracias a la pastilla. Ahora que no la tengo la veo más hermosa que nunca, ¿porque? jamás apreciamos las cosas hasta que el destino nos las arrebata de nosotros.

Quisiera abrazarla y absorber sus miedos, decirle que la quise, que  seguí queriéndola sin saber que la perdía, y ahora que la tengo tan cerca y a la vez tan lejos se que se merecía algo mejor por mi parte, ella a su manera siempre me lo dio todo.

Han pasado ya más de veinticuatro años desde que nuestras miradas se cruzaron, y en ese instante una luz especial se interpolo entre nosotros. Sin duda era el amor, tan nombrado y difícil de encontrar, cuantas personas han dedicado su vida a buscarlo y al final simplemente se han chocado contra falsos destellos de esa luz.

Yo por aquel entonces tenía mi primer trabajo que era el de camarero, mi padre consiguió que pudiese empezar para aprender el oficio a la edad de diecisiete años. En la memoria se me ha quedado grabado el primer  café que serví yo solo, si ya sé que no parece un hecho relevante, pero a mí me ha acompañado siempre. Dos taxistas me pidieron sendos cafés, mi compañero me dio la alternativa, y yo me arme de valor y procedí a servir los cafés. La tarea era sencilla dos cafés solos, era imposible fallar.  Dispuse las respectivas cargas en la maquina  y coloque las dos tazas, accione el botón y listo. Cogí las tazas y las puse junto a los clientes todo orgulloso, algo extraño sucedía pues no hacían uso del café, se miraban extrañados, por un momento me surgió la duda, pero se disipo enseguida dos cafés solos no daban margen al error. Pues si lo había uno de ellos me comento que si bien habían pedido dos cafés solos no estaría de más ir acompañados de un platillo, una cucharilla y su respectivo azucarillo.

Desde ese día me tuve que aplicar en la gran variedad existente en el mundo del café.

 

Mi compañero me llevaba unos años tanto de edad como experiencia, con él aprendí mucho, éramos un gran equipo

Trabajábamos en una zona turística, por tanto no hacía falta ser un privilegiado para poder enrollarte con alguien, a esa edad no existen los límites por lo que nos sumergimos en una espiral de escarceos amorosos, el tiempo otra vez nos puso en nuestro sitio. Apenas dormíamos,  trabajábamos más de doce horas diarias sin días libres, y el tiempo que teníamos para dormir lo empleábamos con las guiris, en poco tiempo las secuelas empezaron a hacer estragos, mi compañero apenas tenía fuerzas para llevar la bandeja, y en mi caso aquella barra del bar de unos seis metros me parecía el Everest.

Miguel el jefe se percató de la situación, y dio órdenes al cocinero que nos sirviera platos suculentos para comer, el por su parte nos empezó a dar frenadol, según él lo curaba todo.

Fue una temporada maravillosa, si el mundo laboral era eso no podía entender que hacia la gente estudiando, si evidentemente con el paso de los años la pregunta se invirtió que hacía yo trabajando habiendo podido estudiar más.

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La que sería mi mujer empezó a frecuentar el bar en compañía de una amiga, mi compinche y yo comenzamos a tontear con ellas. A medida que pasaban los días era más claro que había que dar un paso adelante, cuando el amor entra en ti no es suficiente beberlo en pequeños sorbos, nos embriaga y transporta al mundo de los placeres.

Los cuatro concertemos una cita, estaba claro que existía algo entre cada uno de nosotros, la duda era saber si coincidiríamos cada uno con su anhelada pareja.

Como comente anteriormente siempre me ha perseguido un cierto complejo de inferioridad, teníamos que decidir quién nos gustaba a cada uno, y lo que era más difícil coincidir con las preferencias de ellas dos.

Estaba todo en el aire, perseguido por el complejo de inferioridad que siempre fue mi fiel compañero de viaje, y convencido de ser rechazado por la que yo amaba, me jugué una carta que si bien me salió bien en ese instante, se volvió un alma de doble filo con los años.

Mi compañero me tanteaba sobre quien de las dos me gustaba más, yo viendo casi imposible acceder a la que se estaba volviendo el epicentro por momentos de mi vida, opte por engañarme a mí mismo, le dije que “las dos eran guapas pero parecía que una se fijaba más en él”. Evidentemente le comente que era la otra, enseguida me di cuenta que había acertado, el estaba colado por ella, todo estaba resultando a la perfección, pero con los años mi falta de aplomo se convertiría en un arma arrojadiza por parte de la que hasta hoy fue mi mujer. Siempre tuvo la espina clavada de ser elegida por descarte, cuando la realidad era que ante mis ojos era una Diosa, y como Diosa nunca podría acceder a ella en condición de mortal.

 

Estábamos en la bolera, ellas se excusaron para ir a los servicios, no podíamos demorar más el momento, cuando regresaran había que poner las cartas sobre la mesa.  Yo tenía una ventaja pues el color de mi piel pálido disimulaba el estado de nervios que me impregnaba. Apenas les quedaban unos metros para llegar a nuestra mesa, yo había ensayado una y otra vez lo que debía  decir. Comencé a exponerlo, sin querer me salió una imitación antológica del querido Antonio Ozores, no daba una.

Por fin lo dije, lo solté como el que lanza una piedra al mar, consciente que nunca más volverás a lanzar esa piedra.

¿Quieres salir conmigo?, tres simples palabras sin más, pero para mí lo eran todo, mis esperanzas, saber que estaba alegremente saltando por los acantilados de mi corazón, y que en cualquier momento me podía desvanecer al más absoluto vacio.

La respuesta fue si, durante toda mi vida me han dicho varias veces sí, pero aquel si, siempre lo llevaré dentro de mí.

Durante varios años nuestra relación se fue afianzando cada día más, pero la telaraña siempre está ahí se te va adhiriendo poco a poco.

Seguía siendo mi Diosa, pero como tal exige sacrificios, con los años me volví perezoso, mis ofrendas cada vez eran más escuetas, mis muestras de adoración se fueron difuminando por el transcurrir de los días.

La Diosa me comenzó a lanzar señales, pero yo había sucumbido a la mediocridad,  creí estar a la altura de ella, le discutía sus opiniones constantemente, con los años me di cuenta que los Dioses tienen sentimientos, miedos e inseguridades.

Sin advertirlo mi Diosa sucumbió a la telaraña, se encontró sin fuerzas tanto físicas como psíquicas. Una mañana decidió invitar a la muerte, la sentó en la mesa, durmió junto a nosotros,  compartió nuestras vidas poco a poco se hizo la aliada de mi Diosa, y esta un día decidió seguirla en el viaje.

 

Cogió el frasco de pastilla de la araña, y saco el billete a la paz.

La muerte es esquiva y caprichosa en último instante decidió mudar de casa.

Desde ese día mi Diosa paso a ser mortal, la araña siempre aguarda sigilosa el momento para confundirla, le hace verse inferior.

Si ahora la muerte me brinda la oportunidad a buen seguro como los caballeros de antaño, me pondré mi armadura, y templare mi espada.

Emprenderé la búsqueda de la araña, y librare a mi Diosa de ella.

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Pasan las horas y hay sigo en la penumbra de mi habitación. Tiene que haber forma de poder establecer alguna forma de contacto, me relevo a formar parte de este mundo de espectros. Si algo tengo a mi favor es de disponer de todo el tiempo del mundo hace muchos años que entre en la sala de espera.

Una vez un profesor explico su forma de ver la salud, según él las personas éramos como simples tarjetas de crédito. Todos veníamos a este mundo con la tarjeta cargada, pero según el uso que hacíamos de nuestro cuerpo,  dicho crédito menguaba a pasos agigantados. Es triste la comparación e incluso materialista, pero no exenta de razón. Yo comencé a malograr mi crédito desde muy temprana edad. A la edad de trece años conocí a mi amiga botella, cada fin de semana no faltaba a su cita, no me voy a excusar poniendo de culpables a la sociedad o a mi entorno, se que sería lo más sencillo, pero yo elegí ese camino.

 

Recuerdo el viaje de estudio que realizamos por Andalucia, en aquel instante creo que tendría unos catorce años. Visitamos Priego de Cordoba, Cazorla, Huelva, Sevilla y Granada, en esta última coincidimos en Semana Santa, nos hospedábamos una noche en un hotel del centro. Mi compañero de habitación y yo decidimos planear una fiesta una vez se hubiesen acostado los profesores. Nos organizamos recaudamos el dinero necesario y salimos de compras. No recuerdo exactamente las provisiones incautadas pero la proporción presagiaba la tragedia, por cada bolsa de patatas tres botellas de vino.

El centro neurálgico era nuestra habitación, en concreto la bañera, allí yacían variedad de licores sumergidos en agua fría.

Comenzamos cerca de las doce, la habitación era un hervidero, poco a poco se fue la gente dispersando con sus respectivas bebidas y parejas a sus habitaciones. Por desgracia nadie contaba con la mezcla explosiva del alcohol y el desamor. Éramos tres compañeros de habitación, uno de ellos llevaba tiempo detrás de una compañera, bueno en realidad todos estábamos prendados de ella: Quiso el destino caprichoso que este se decidiera a pedirle para salir esa misma noche, sumergido en alcohol. La respuesta fue contundente, un portazo en las narices.

El compañero regresó a la habitación poseído, al mirarle a los ojos parecí predecir los acontecimientos. Este aferro del cuello al otro compañero y se encamino al balcón, una vez allí empezó a gritar el nombre de la chica “traerme a Mary o mato a ….”, como podréis entender soy incapaz de pronunciar su nombre, pues la vergüenza y la culpa aun hoy muerto me persigue.

Los momentos eran de una tensión extrema, yo sabía de su fuerza e intente persuadirle, pero mis palabras se perdían en la noche. Los gritos cada vez eran más fuertes, mi última esperanza era que llegase algún empleado del hotel y consiguiese reducir al compañero.

Comenzaron a sonar los pasos de alguna procesión de Semana Santa, sin duda estaban pasando a la altura del hotel.

El compañero agredido estaba totalmente embriagado, sin duda no era consciente de lo que le acontecía. Se oyeron ruidos y gritos por el pasillo, el reacciono e inclino más el cuerpo del compañero en la barandilla, yo en un intento desesperado me abalance hacia él, pero no alcance a ver la botella de vino que tenía en la otra mano, y cuando apenas estaba a un metro, me propino  un botellazo en el pecho, fui a caer contra el armario.

 

La puerta se abrió, era su musa y uno de los profesores, él le volvió a realizar la pregunta, ¿Quieres salir conmigo?

-Sí, si perdóname dijo ella.

Este soltó al compañero, todo parecía terminar, pero el compañero liberado se inclino en la barandilla, comenzó a vomitar, piso un pequeño charco de licor sin duda, y ante nuestros ojos se abalanzo al vacio.

Los gritos apenas duraron unos segundos, pero a los que nos encontrábamos presentes nos han perseguido el resto de los días.

Quiso el destino que fuese a caer ante los pies de Cristo.

Tal vez el destino me permita reencontrarme con aquel compañero, el sentimiento de culpabilidad siempre me ha acompañado, en Semana Santa al oír los pasos, me recuerdan mi penitencia.

Esa noche mi tarjeta de crédito comenzó una andadura directa al abismo.

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Decido acostarme junto a mi mujer, algo que hasta hace poco era simple rutina se ha transformado en un deseo. Allí estoy yo perdido en el universo de nuestra habitación, aferrándome a lo arrebatado, la miro y comprendo que me estoy volviendo a enamorar de ella. Cuantos rasgos había olvidado de su cuerpo, su piel suave como las olas en calma, sus ojos cerrados guardan el tesoro de su mirada.

Concentro todos mis sentidos en un solo objetivo, tengo que conseguir acariciarla, deseo poder sentir otra vez esas olas, embriagarme con el perfume que siempre ha desprendido, que no es otro que el brotar de la primavera.

Acerco mis dedos temblorosos pero decididos a sus caderas, voy muy despacio, centro toda mi fuerza en ese propósito.

Mi mano casi roza su piel, ya no hay marcha atrás, cierro los ojos y me centro en sentir la sensación. Las yemas de mis dedos rozan su piel, un tsunami de sensaciones se apoderan de mi. Sensaciones olvidadas renacen en mi memoria, momentos secuestrados por el capricho del egoísmo. Recorro cada poro de su piel, es como navegar en un mar de calma, teniendo la certeza que la final nos reencontraremos en una isla. En ese espacio de tiempo vuelvo a sentirme vivo, percibo sensaciones que se habían mudado en la hora de mi muerte. Me abrazo más a ella, mis labios apenas rozan sus oídos, la llamo como la tormenta llama a la calma.

-          ¡Mary!, cariño me escuchas, estoy aquí. No dejes que la brisa del olvido me arrastre lejos de vosotros. Mary por favor dime algo, necesito saber que me sientes, reniego a esta soledad que se me ha otorgado.

-          Mary no me condenes al silencio, tengo tantas cosas por decir y sentir.

 Pero solo el silencio me acompaña y se vuelve fiel testigo. Nunca en mi vida tuve la necesidad tan imperiosa de llorar como ahora, pero mis ojos estaban secos,  todo mi cuerpo se había convertido en una mazmorra para mi dolor, este no encontraba la salida. Seria acaso este mi futuro, abandono la cama, tal vez sea el momento de irme de mi vida, emprender otro camino, y ser testigo de otras vidas.

Me aproximo a mi esposa avecino mis labios a los suyos y le doy un beso, el último beso, como el soldado que parte a una guerra perdida.

-          Adiós cariño, siempre te tendré conmigo.

Me di la vuelta y comencé a caminar, la habitación ahora me parecía extraña, fría como la brisa del invierno.

-          ¡Toni!, Toni no te vayas.

Ha pronunciado mi nombre, me acerco rápidamente a su lecho, y  me pongo de rodillas frente a ella.

-¡Mary!, estoy aquí cariño, estoy aquí dime que me quede, que me oyes, necesito saber que estoy aquí.

- No nos dejes cariño.

Esta llorando, sus lagrimas desciende por su rostro como el agua que riega el jardín prohibido.  Abre los ojos, su rostro refleja angustia, se levanta a tientas y enciende la luz del dormitorio. Recorre con pasos cortos cada rincón del dormitorio, se dirige al armario, lo abre y comienza a rebuscar entre la ropa, parece nerviosa, revuelve la ropa sin cesar, de pronto se queda inmóvil, lo ha encontrado, es el álbum de fotos de nuestra boda. Lo abraza contra su cuerpo tal como abrazaría un naufrago a tierra firme, permanece un tiempo hay de pie, sus brazos parecen envolverme a mí, la fuerza de su amor traspasa y desborda el álbum, se esparce por toda la estancia, jira la cabeza,  se queda mirándome fijamente, y sonríe.

 Solo es una decima de segundo, lo suficiente para darme las fuerzas necesarias para seguir embarcado en este viaje, se que por un instante me ha sentido a su lado, si tengo que deambular perdido  por este mundo de sueños con el consuelo de una sonrisa suya, lo hare.

Se sienta en el canto de la cama y comienza a ojear el álbum, yo sigo hay a su lado. La boda ya fue un presagio de que iba a ser un camino no exento de baches, como esa senda misteriosa y apenas transitada que conduce a lo alto de la montaña, por un camino plagado de desniveles, piedras y zarzales. Pero es su dificultad lo que al final y llegar a la cumbre realza la belleza de esta, la cima es la suma del todo.

El día de nuestra boda un mes de noviembre amaneció el cielo gris, durante toda la mañana permanecieron las nubes en guardia amenazando nuestro día, a medida que se acercaba la hora el cielo más nos intimidaba. Justo a la hora señalada de la boda el cielo nos recibió con un aguacero.

Al salir de la iglesia fuimos a realizar las pertinentes fotos para la posteridad, el encargado de llevarnos fue un primo de su mujer y su señora.

El fotógrafo que había alardeado de su profesionalidad al contratarlo, quiso el destino que el flas de la cámara estuviese agotado, pero no había que desesperarse venia provista de una batería. Claro que por infortunios del destino estaba averiada. En resumen realizo las fotografías con una cámara de lo más normal. Durante el trayecto hacia el lugar escogido para las fotografías nuestro chofer (el primo de mi mujer) y su señora estaban enfrascados en una discusión, algo me hacia intuir que tal vez tuviésemos que terminar haciendo uso de algún medio público para llegar finalmente a nuestro destino.

Arribamos a los jardines, mi mujer comento que su primo se marchaba un momento a comprar tabaco mientras realizábamos el reportaje. Solo Dios sabe lo difícil que puede ser a veces encontrar una expendeduría de tabaco, desde luego para esta pareja debió ser una tarea ardua difícil, pues a día de hoy aun estaríamos conviviendo con la flora y la fauna del susodicho jardín.

El tiempo avanzaba inexorablemente, la pareja no daba señales de retorno, por aquel tiempo apenas eran unos pocos los que estaban sumergidos en el mundo de la telefonía móvil, y sin duda nosotros no nos encontrábamos en ese selecto grupo.

La noche por momentos volvía amenazarnos con lluvia, se torno gélida, El fotógrafo para resarcirse de los problemas anteriores con la cámara fotográfica, propuso que podríamos hacer uso de su vehículo (una furgoneta), si bien existía un pequeño inconveniente, estaba llena de artilugios. Las opciones por calibrar eran pocas y el cielo empezó a descargar agua  por lo que llegamos a la conclusión que podríamos hacernos hueco en dicho vehículo.

Con cierto retraso llegamos al convite, nos recibieron entre vítores, ¡viva los novios!. Todo parecía retornar a su cauce. Una vez cenados nos encomendaron la tarea de abrir el baile, enseguida comprendí los sacrificios que la vida de casados me iba a requerir en el futuro.

Arropado por cierta cantidad de vino, me vi con sentido del ritmo, nos pusieron un Valls, a los cinco segundos mis piernas se enredaron con la cola del vestido, con tal mala suerte que perdimos el equilibrio, yo al ver que nuestro recién estrenado matrimonio se desplomaba intente aferrarme a la pareja que se unió al baile, el destino quiso que fuese mi suegra, conclusión, yacíamos gran parte de la familia en el suelo. Mi suegra quedo agasajada con un pequeño esquince, desde ese momento la relación con mi suegra se volvió  un poco distante.

A trompicones nunca mejor dicho fue transcurriendo la velada, después del convite nos fuimos a recorrer algunos bares. Por el camino perdí a mi hermano, que reapareció al día siguiente con un coma etílico.

En mi mente no puedo visualizar la noche de bodas, lo que si se cierto es que la cague, si digo la cague pues debido al elevado consumo de alcohol aparecí a la mañana siguiente tirado en el baño rodeado de cierta sustancias, que prefiero pasar a omitir.

En mi caso se cumplió el dicho “no te cases que la vas a cagar”.

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Ha pasado tiempo desde mi fallecimiento, en casa están en la fase de duelo,  los amigos más íntimos y familiares están hay prestando todo su apoyo. Pero es ley natural que la persona tenga que pasar por estas etapas al perder un ser querido, de no ser así más tarde o temprano se manifestaría con resultados imprevisibles.

Yo por mi parte he optado por dejarme llevar por la corriente, tengo que marcharme y dejar que el destino caprichoso sea el que opte por ocupar mi espacio en la que fue mi familia. Dentro de las distintas personas que se han volcado con mi familia hay una en particular que he de reconocer que me inquieta, al principio me pasó desapercibido pero sus continuas visitas me empezaron a indicar que  algo se estaba gestando. La persona de la que estoy hablando es un antiguo compañero de trabajo, algunas veces habíamos coincidido en salidas, excursiones etc.

Siempre tuvimos una buena relación, las mujeres también congeniaban, por lo que era natural pasar varias veladas juntos.

Hace tres años se separaron, como suele pasar en estos casos, cada parte exponía sus motivos o versiones. Lo cierto es que el amor es como ese jarrón de porcelana que una vez se fragmenta, podemos reconstruirlo, pero las grietas van a perdurar, y a cada nuevo golpe más frágil se hace.  Ellos decidieron abrir los ojos y deshacerse del jarrón para siempre, cada uno reacio su vida y emprendieron el camino en busca de un nuevo jarrón, que les diese esa luz a sus vidas.

El se llama Javier, como a muchos divorciados dar  ese paso le había sentado bien, una vez superados los primeros meses, en los cuales la araña esta al acecho, empezó a resurgir del ostracismo social, comenzó a hacer deporte, ampliar su círculo de amistades, y mejorar su imagen estética.

Primero comenzó con pequeñas llamadas a mi mujer, para ofrecerse en todo lo que pudiese necesitar ella y los niños, luego vinieron las visitas a casa. Mi mujer poco a poco comenzó a apartar la araña, sus ojos empezaron a desprender vida, la cortina gris opaca que se había instalado en su mirada, se abrió y dio paso a la luz.

Al tiempo comencé a tener la sensación de ser un testigo incomodo, la que fue mi mujer ya no me buscaba en sus sueños, las fotografías se fueron apartando, cada vez en rincones menos accesibles. Sin duda me estaba invitando a salir de su mundo, empezaba a sentirse con las fuerzas necesarias para reconstruir sus vidas. Yo escalonadamente fue dejando de frecuentar sus sueños. No podía ser egoísta, aun amándola más que el primer día, era ese amor el que me empujo a dejarme arrastras por la brisa del olvido.

Mis suegros veían con cierto recelo las visitas de Javier, temían que las cosas al final no resultasen , y su hija terminase de quebrarse.

Javier supo ir ganando esa parcela de recelo, y obtuvo el afecto de todos.

Mis hijos en principio actuaron con indiferencia, y cuando no a la defensiva. En las charlas privadas arropadas por la sombra de la noche, les oía comentar que no podían traicionar a papa, veían como una intromisión en sus vidas la llegada de Javier, y en cierto modo abrir las puertas a Javier era reconocer que su padre se había marchado para siempre. Solo les quedaban las fotografías y vagos recuerdos que el tren del tiempo se encargaría de llevarlos a otros destinos.

Por mi parte cada noche me acercaba a ellos y les hablaba, confiado que mis palabras encontraran una puerta para adentrarse en sus sueños. Les hacía ver que dentro de la vida había situaciones que aun siendo injustas, formaban parte de ella. Si la vida es capaz de arrebatar la vida de un niño, ¿Cuáles serán sus límites de crueldad?

La vida te lo entrega todo, pero dulce y esquiva te lo arrebata a la vez.

Yo también he ido adaptándome a mi situación, he pasado mi propio duelo. Durante varias horas muertas me he sumergido divagando sobre mi condición. ¿Realmente estoy muerto?, ¿Acaso la vida no estarás compuesta de otras etapas, la cual se nos presenta en el momento que dejamos nuestro cuerpo físico?, ¿Será esto el cielo? Las preguntas venían a mis empujadas por las cataratas de la duda.

Durante nuestra vida vamos dejando muchos proyectos en las cunetas, ahora he comenzado a disfrutar de pequeñas cosas que siempre iba relegando a un segundo plano.

Dedica parte del tiempo a acudir al teatro, siempre me había atraído, pero siempre surgía algún falso imprevisto que me hacia desistir.  Me estaba convirtiendo en un gran crítico tanto de teatro como de cine. En la oscuridad del cine me sentía vivo uno más de los espectadores, pues esa oscuridad nos hacia cómplices.

Por las tardes solía acudir a la biblioteca, me ubicaba cerca de las estanterías del género literario que en ese instante me apeteciese leer, y esperaba que alguien me ofreciese acompañarle al mundo de los sueños.

A veces podía tirarme horas esperando que alguien se hiciese con el libro que me gustaba, pero una vez que lo hacían sin saberlo les acompañaría de forma cómplice durante su lectura.

Me pasaban varias anécdotas, igual el lector era arduo en la lectura y apenas me daba tiempo a seguirlo, o al contrario me daba tiempo a releer las paginas esperando a mi cómplice.

Estuve presente en los momentos que surgía el amor entre los libros, sin duda les envidiaba pues a mi forma de ver conocerse en el mundo de los sueños, entre miles de aventuras y desventuras les abría un mundo de posibilidades.

También me irritaba cuando asistía como testigo al robo de un libro, lo encontraba un acto de egoísmo atroz, como se podía privar a los demás de viajar en el.

A veces un buen libro puede ser la mejor manera de mantener a distancia la araña de tu alrededor

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Cada mes solía hacer una visita por la casa de mis padres, la magia que desprende es a veces la mejor de las medicinas. En general los hogares de nuestros padres son pequeños cofres de memoria, hoy en día que todo se almacena en una fría tarjeta de memoria, o en la nube. Nada puede sustituir al baúl de nuestras raíces, en el interior yacen todos nuestros momentos. Actualmente nos volcamos en las redes llamadas sociales, nos dejamos cubrir los ojos por la cantidad de amigos que se van agregando, pero lo cierto es que nada podrá sustituir una mirada, o un apretón de manos. Podemos llenar nuestro ego, y disfrazar nuestras carencias con bonitos mensajes, o emoticonos , pero la certeza es que una vez desconectamos nos quedamos solos.

En general los hogares de nuestros progenitores  desprenden el aroma de la sabiduría, el paso del tiempo se desacelera, cada detalle tiene una historia detrás. Cuantos momentos mágicos se abran cosechados en ese pequeño universo.  Sentado en una butaca uno percibe el cansancio del lugar, los muebles sin duda han sabido escoltar a los amos. Han sufrido en los momentos amargos que la vida les ha dispensado, y a la par se han embriagado de los momentos felices. Cuando uno se adentra en un hogar irremediablemente conduce su mirada a las distintas fotografías que se distribuyen por todos los rincones. En ellas encontramos parecidos calcados de cada antepasado. El hogar de un anciano es el sepulcro de tantos sueños y a la vez el espejo del pasado. A  muchas de las preguntas que a lo largo de nuestra vida se van posando en nuestras espaldas y nos van engendrando más  inseguridades, tenemos las respuestas en la misma casa, simplemente se trata de saber escuchar. Las dudas que nos persiguen en el presente a buen seguro se disiparan en el futuro. Y hay esta la respuesta, ella radica en nuestros padres, dado que estos ya viven en nuestro futuro.

Si a nosotros el presente nos ha robado un amor, a ellos el pasado les ha arrebatado diez.

Si a nosotros el tiempo nos ha golpeado, a ellos el pasado les ha linchado.

Si a nosotros el presente nos sumerge en una crisis, a ellos el pasado se la puso en el día a día.

Si a nosotros el presente nos embiste con la enfermedad, a ellos el pasado les ha quitado la salud.

Si a nosotros el presente nos roba un ser querido, a ellos el pasado les ha sumergido en la soledad.

 

Podemos embarcarnos toda la vida buscando riquezas. Cuando la mayor de las riquezas son ellos, los ancianos.

A medida que me iba haciendo mayor me fui dando cuenta de la fuente de sabiduría que emanaba de mis padres. No me refiero como bien debéis intuir a las matemáticas o la ortografía, si no a saber caminar por la vida.

 

Allí estaba mi padre, sentado en su fiel compañero, siempre me habían dicho de mi parecido con él,  y ahora al observar los retratos por momentos sería difícil distinguir uno de otro, de no ser por la huella del tiempo impresa en las fotografías.

Mi padre la mayoría de su vida a vivido preso de la enfermedad, una enfermedad traicionera que se va apoderando de tu ser, una enfermedad tan cruel que con esmero y paciencia te roba y enmascara tu alrededor, te disfraza a tus seres queridos. Una enfermedad que te priva de tus hermanos, te confunde a los amigos, te adentra en tiempos pasados. Te hace vivir una realidad que solo existe en su mundo.

 

Una enfermedad en la cual el bastión de fortaleza reside en la pareja, o en los familiares más cercanos. Son muchas las veces que los médicos tuvieron que acudir a mi casa, algunas veces para poder asistir a mi padre en cama, y otras para llevárselo, y hacerle regresar a nuestro mundo.

Recuerdo a mi madre tener que cogernos en mitad de la noche y salir en busca de cobijo, dado que en el apogeo de esta enfermedad no hay razonamiento alguno.

De pequeño me quedaba embobado escuchando las historias de mi padre, las cuales estaban prendadas de alucinaciones, pero para mí eran una fuente se sabiduría. A medida que fui creciendo el mundo me fue arrebatando ese laxo de unión con mi padre. Los episodios cada vez eran más frecuentes, los problemas laborales y familiares vinieron a residir a nuestro hogar.

En el momento que la enfermedad transforma a un ser querido hasta tal punto de penetrar el miedo en ti, te sientes indefenso, no tienes armas para combatir con la sin razón que  aparta a la razón. Ves como naufraga en la locura, entrelaza un mundo de fantasía, reviven personajes de la historia  y les otorga la vida de seres queridos.

Son muchos los periodos de angustia e incertidumbre que nos toco vivir, pero a pesar de esos instantes amargos, me quedo con mi padre, con el todo, con su lucidez y sus sombras, pues aun en los peores momentos de la enfermedad siempre le amparaba un objetivo, que no era otro que el de protegernos de espías, villanos, enfermedades que habitaban en su particular mundo.

 

Hoy, sin lugar a dudas me embarga la duda de si tal vez la locura no resida en nuestro mundo, y a los que calificamos de locos simplemente se estén protegiendo de nuestro mundo.

Esto es lo que contiene este pequeño Blog hasta el dia de hoy.

- No fue un sueño: Volverse a enamorar.

- El Plato del Día: La vida es como una buena comida.

-Acostumbrarme a ti: Lo posible con lo posible, el puedo y no puedo.

-Tu mirada: ¿Quien no se ha quedado alguna vez prendado de una mirada?

Soñar: Dedicado a una persona muy especial, aunque solo este permitido soñar.

-La Formula: ¿Alguien tiene la formula del amor?

-El: La vida en pareja de un extremo a otro...

Mi Princesa: Inspirada en la cam¡nción de Joaquin Sabina "Princesa"

La Partida: Todos desde que nacemos formamos parte de la partida.

- Punto y Seguido: Mi forma de jugar con las palabras.

- La Montaña: La vida es una escalada continua.

- La era de la Comunicación: ¡ Nunca estuvimos tan lejos!

-El Amor: Bonito juego

- Me Gusta: A veces nos obsesionamos en busca del Me gusta en Facebook.

- Abogo por recuperar la lucha obrera: Un viaje a la nostalgia donde no habia miedo a pelear para progresar.

- Saber Cogerlo: La vida nos ofrece todo solo hay que saber cogerlo.

- La Nana( Gaza): Como sociedad civilizada permanecemos dormidos ante la barbarie

- Perdonad por el tostón y repito que es solo mi opinión: Si habeis visitado alguna vez el blog sabreis que de vez en cuando me surge la vena política.

- Político: Como se han degradado.

- La Voz: Como veo la actualidad.

- Hoy: Reflexión-

- Mí Mundo: Enamorarse.

- A ti Profesora, Compañera y ante todo Amiga: Palabras desde el corazón para ella.

- Carta a mí mismo: Un adiós.

- Hoy: Juego entre el tiempo.

-¿ Dicen que hace mal tiempo?: Cuestión de gustos.

- El Broche: Fin de una etapa.

- Calma: Personal.

- Mi Arrecife: Un refugio al sentimiento.

- Rendidos: A veces la vida se convierte en una espiral de renuncias.

- Buenos días tristeza: Un pequeño homenaje a la tristeza

- La Vida: Solo cuando la pierdes te das cuenta de lo que pierdes

- ¿ Inmunes a la tormenta?: Ellos en sus casas sordos al clamor del pueblo

- Un día un uniforme: Esto es real me ocurrió en mi trabajo

- Entre todos podemos: Pido el voto para Podemos

- Chao: Adiós

- Adivinanza: Pues eso adivínala

- Ilusión: No todo el que lo tiene sabe que lo tiene

- Bla bla bla: Hablar

- Tú eliges: La decisión

- Una vez muertos: Dejamos de temer la vida.

- El Pobre: Uno de tantos a las puertas de un supermercado--

- A solas conmigo: La vida a veces nos empuja a escondernos

- El Alma: Lo que les falta a ellos.

- ¿Pareja?: Hay un instante en el que tenemos que plantearnos esa pregunta

- Tamagotchi: Es lo que parece que quisieran algunos políticos de nosotros.

- Los medios de la incomunicación: Donde quedo la libertad de prensa

- Cobarde: ¿Quien no lo ha sido alguna vez?

- Momentos: Vive

- ¿ Donde está la salvación?: Un canto a seguir luchando

- Pasatiempo: Muchas veces buscamos en otra parte lo que tenemos en nuestra parte.

- Que triste es ver lo que otros fingen no ver: La frase por si sola lo dice todo

- La despedida: Cuando el adiós es la única salida.

- No lo abandones él no lo haría: El móvil esta sustituyendo a nuestra mascota de toda la vida

- Bocados de Amor: El mejor plato en la mesa

- El Paseo: Bonito paseo por las calles de la vida.

- El Licor de la Sumisión: Crítica a este Sistema político que nos deja de lado

- Soledad: Quien no la ha conocido.

-Como decirle...: Ádios

-Son Cladera: Mi barrio

-¿ Hasta donde vamos a dejar que nos humillen?: Tenemos que despertar y luchar por nuestra dignidad.

-La Calidez del Frio: Un abrazo a nuestro olvidado invierno.

-Los Golpes del Silencio: Una denuncia al maltrato.

-La Razón: Simplemente una frase

-Como hablar...: Poema de amor o desamor.

-Rebeldía: Un grito de rabia contra el poder que no rodea.

-Hermana: ¿Mi hermana la muerte?

- Navidades, baile de vanidades: Una visión crítica del consumo que acompaña a unas fiestas entrañables.

- Barra amiga: Quien no se ha rendido ante un desamor.

- Tiempo: Un abrazo al tiempo.

-Tú aire: Poema dedicado a ese amor..

-Adiós: Poema de una ruptura.

- Admiro: Crítica al sistema.

- Vientos de Cambio: No podemos seguir aguantando que nos gobiernen desde el despotismo

- Cobardía: Que triste es llegar al final de tus días sin haber luchado por el día a día.

- Otoño:

- Envidia: Quien no la ha conocido, aunque le queramos a veces llamar sana

-Espérame: El amor a la muerte

- No olvides emigrante: Dedicado a nuestros jóvenes

- Jorge Arzuaga: Este joven ha comenzado una huelga de hambre en la Puerta del Sol

_ Isla de Lampedusa:( El hambre no frota).

- Tú Viaje: Gracias por viajar por mis textos dedicándoles tu tiempo.

- El Funeral: .....

- Tú amigo por siempre. Dicen que quien tiene un amigo...

- Juntos: Una gran frase

-Más: Buscando más se quedo sin el todo.

- Contigo: Es un te quiero en cualquier tiempo.

- La Espera: Una frase para la reflexión sin más.

-Auxiliar Sanitario ( Residencias): Reflexión sobre mi actual trabajo.

- Están Hay: Dedicado a ellos/as más de cinco millones de parados

- ¿Quien no ha tenido un momento de....: Inspiración

- Te Amo: Pues eso una declaración

- La Duda: Pequeña reflexión

- Voy en tu Busca: Un brindis a la esperanza...

- El Rebaño: Esto es lo que a veces siento al oír a los llamados políticos

- El Tren: ¿ Quien no a perdido alguna vez en la vida un tren.

- Tú y Yo: Poema intimo dedicado a ella y a mi

- El Llanto de la Tramuntana: Dedicado a todos los voluntarios que se vuelcan en ayudarnos.

- Lágrimas en Cádiz- Poema dedicado a la perdida de la madre de una buena compañera.

- Cáncer- Enfermedad silenciosa

- El Pozo- Una mano tendida a los seres queridos que están sumidos en la depresión

-¿Visión Artística? - Un pequeño escrito irónico en el cual me planteo la realidad.

- No quiero Dormir despierto - Una critica a tantos periodista vendidos a la comodidad- La Senda - Luchemos por apartar la maleza.-Abatido - Un pequeño guiño al pasado
- Pinceladas de Esperanza ( un paseo por la araña de la depresión)- La Orilla ( un suspiro )
- Mi Amigo ( Al libro)
- Mi Banco ( el de nuestra niñez)
- Para tí ( a una amiga especial)
- Niña ( Democracia la vimos nacer y la sentimos morir)
- Siempre Igual ( rutina)
- Ella ( amada y odiada un guiño)
- Tiempo de Mascotas ( critica politica)
- ¿Acoso al PP? ( reflexion)
- El amigo del olvido ( dedicado a los que se enfrenta al alzheimer)
- Asi eres negra noche ( poema dedicado a la noche)
- ¿ Tontos? ( critica al actual sistema político).
- Amiga Botella ( Para todos esos que tanto luchan por salir del alcohol o victimas de su alrededor)
- Este es mi País - Crítica a la situación por la que nos están haciendo pasar
- No quiero una política- Voz de la calle
- Solo entre la multitud
- La Mentira
- A ti que te crees perfecto ( mi respuesta a tanta gente que pierde su vida creyéndose superior a los de mas )
- Un dia extraño
- ¿ Que estoy pensando? ( chorrada)
- La Soledad -
- Viaje en el Tiempo en VENLEVITAE ( echo real)
- El Instante I/ XVI ( boceto de lo que en el futuro pienso terminar en novela)
PD: muy en el futuro