El Puzzle

EL PUZLE
Siempre el miedo a perder lo que no se tiene y de esta forma nos entretiene. Sentirte tan pequeño que terminas siendo una sombra de tus miedos disfrazados de prudencia. Como meta la misma salida esperando donde espera la melancolía a que todo cambie un buen día. Que bueno eres se le canta al obediente y este asimila como un niño el caramelo aun sabiendo que la realidad es que se queda a tres palabras de ser valiente.
Nunca supo nadar a contracorriente y asumió consciente lo que era evidente.
Y es que en este puzle que es el amor no todas las piezas llevan el mismo valor.
Y si llegas a completarlo procura saborearlo  pues la vida mientras tanto no espera y pasa de largo.

El Reloj

EL RELOJ
Con la serenidad del que ha entendido al tiempo sacio mi espera sin espera. Sabiendo lo que quiero y habiendo aprendido de lo perdido sencillamente ciño el pedido.
Y es que la vida es tanto como tampoco y entre queja y queja el tiempo se aleja.
Yo le pido que me lo ponga difícil y me deje saborear el instante de verlo todo más fácil.
La vida me regaló una sonrisa de la cual me enamoré sin duda a toda prisa.
Sabiendo que en el amor el mérito no es la conquista y lo que cuenta es amanecer cada día con el firme objetivo de su reconquista yo a sus labios no les pierdo de vista y si los problemas le cortan su camino yo me levanto y animo. A golpe de mimos, palabras, sonrisas y sin más prisa que unas risas camino a su lado sin ninguna prisa.
He aprendido que quererla no es sentir el miedo a perderla. Sencillamente estar y respetar. Todo lo demás está de más.
Y si cada día me brinda un beso yo gustoso le ofrezco mi corazón.
Si el amor fuese como.un reloj te seguiría como la aguja del minutero porque el tiempo no miente y a cada hora en punto volvería a estar contigo el tiempo justo para volver a decirte
Te Quiero.

Navegando



NAVEGANDO

 Náufrago de tonos dispares vivo refugiándome entre los días pares no sea que el oleaje me pare.

Me asiento sin tomar asiento dado que hasta separado de mi sombra el miedo presiento.

Me quedo con el todo. Combinado de sabores y sin sabores, así se sirve la vida sin más condimento que pequeñas pizcas de ayer, sazonadas de un presente que nos permita seguir probando pedacitos del mañana.

En mi barco solo tiene cabida la ilusión. Si a deshoras se presenta la desilusión la invitaré a naufragar pues en este viaje sin duda terminaría por fracasar.

Como ese niño que se empeña en rascarse la herida así pasamos los días sin entender que la vida a los días le aplica una sencilla resta donde sólo se presta.