Como un Libro

 

Como un Libro...

La Vida es como un buen libro. Nos adentramos en él y vamos dando forma a cada capítulo. Hay días que nos comeríamos el libro. Otros desearíamos no haberlo empezado. Para mí los libros son como los recién nacidos. No me atrevería a decir que un bebé es feo al igual que un libro es malo. Miro más allá de lo fácil y elemental me embarduno en lo sentimental.

 Yo te invito a seguir sumando capítulos a tu vida, tal vez estén escritos bajo la atenta mirada de la tristeza y cada punto y seguido sea un nuevo tropiezo pero te aseguro que este libro se compone de una inmensidad de hojas con sus nubes, días de sol, noches en compañía de la luna y como no el amor te sorprende un buen día.

 Ya se que me vas a decir ¿Y la salud qué?

 Pues sencillo amigo, seguro que aunque el tic tac del tiempo se te escape e incluso te embargue el miedo de llegar el día en el que ya no tengas ni miedo, agárrate a una sonrisa, un recuerdo y ¿por  qué no? A un sueño "imposible".

 Quiero que el día que te toque escribir el último capítulo puedas estar orgulloso de ese libro, porque ese día será tu último día.

 PD: Dedicado a amigos, conocidos y no conocidos a los cuales les cueste ponerse en pie y seguir escribiendo.

 Arriba.



Diario de un Perdedor

Diario de un perdedor

Saliste a comerte el mundo y te basto con el entrante, tanto conformismo que ya comer o no te da lo mismo.

La rebeldía que tuviste en su día la canjeaste por un piso en la gran vía y la valentía la fuiste dejando escapar día a día. En el amor te creíste valiente y con los años te enseñaron a apretarte los dientes. Naufragaste en la resignación y el tic tac del amor perdió su calor para por ultimo decidir erigirse en una herida fría que te va adormeciendo día a día.

Con el avance del tiempo la enfermedad se acomoda para en unos años no reparar en daños, nos roba la confianza y como fianza su amiga la desconfianza.

Algunas mañanas te propones coger la riendas y decides no seguir a tientas y justo te levantas lo intentas y al rato tus miedos te susurran que no te mientas. Conclusión te miras al espejo y te sientas.

Y así rueda la rueda en esta vida cuerda.

 



San Valentín

 

 



San Valentín

Y llega San Valentín obligado recuerdo de un Te Quiero sin más diferencia que reincidir en el mentir.

Sin duda lo vemos venir y ese justo día indultamos a lo evidente dejándonos llevar por la representación de una obra sin amor con el objetivo de demostrarnos su amor.

Disfrazado de flores, joyas, perfumes, bombones, o lo que salga de los cojones nos lanzamos al escenario con el texto aprendido de un te Amo sin darnos cuenta que es innecesaria la palabra cuando de verdad se ama. Se lee en la franca mirada, en esa mano que siempre busca tu mano, en los besos entregados y no acordados y en un Te Amo sin más fecha que el día a día.

Yo me quedo con él Te Quiero sin fecha ni condicionamiento.

Yo me quedo con él Te Quiero perdido bajo el amparo del broche  de cada noche

Yo me quedo con él Te Quiero que no se mide por el que pide.

Yo me quedo con él Te Quiero sentido que quita el sentido.

Yo me quedo con él te Quiero pronunciado por el que sabe que eres lo que más quiero.

Yo me quedo con él Te Quiero, con el último te Quiero al final de una vida con la muerte por despedida.

Yo me quedo con él te Quiero sincero del que no miente y solo dice lo que siente.

Yo me quedo contigo pequeña porque Te Quiero´.



La tristeza en los Bolsillos

 

 

 

 La Tristeza en los Bolsillos

 Todo pasa tan rápido que da la sensación de pararse. Cada noche en ausencia del sueño me sumerjo en la aventura de recomponer este puzle en el que se ha convertido el día a día. A veces me considero valiente y otras simplemente un cabezota que no entiende y asustado se miente.

Y que contar de esos días en los que cansado te sientas y juegas a tientas con el dolor, te llenas los bolsillos de tristeza y dejas de confiar en los sueños.

Tal vez sencillamente quise volar más alto de lo que los sueños suelen alcanzar o quizás me encapriché de un imposible.

Hago de tripas corazón y al desánimo me niego a darle la razón, así que me vacío los bolsillos y vuelvo a soñar, me incorporó y sin pensar comienzo a caminar.