RAZONES

RAZONES

Por parte de los/as Auxiliares de Enfermería que prestamos nuestros servicios en residencias privadas es el momento de hacer valer nuestra dignidad en todos los aspectos. La mayoría llevamos décadas esperando un reconocimiento tanto en lo económico como en el aspecto social. Este sector durante la crisis siguió creciendo y esparciéndose. Basta con remontarse al año 2008 y ver el incremento de residencias del grupo en  que prestamos nuestros servicios  y centros de día. Por contrario como premio a nuestro esfuerzo solo pedirnos un mayor esfuerzo en el día a día.

Durante estos últimos ocho años nuestros salarios no han llegado a alcanzar la subida de 30€ en total. Es indignante que llamemos tanto a las puertas de las distintas administraciones como a las de la empresa. Y lo único que consigamos sean palabras de apoyo y pasarse la pelota unos a otros.

-Treinta euros en ocho años es el reconocimiento a nuestro trabajo.

-Un aumento de las ratios desde el año 2012 como premio a nuestra labor. Con el consiguiente beneficio para los mismos de siempre (empresa), en detrimento de nosotros/as (trabajadores/as).

-Los residentes que vienen derivados por parte de la administración de cada vez implican una mayor carga de trabajo debido a su alto grado de dependencia.

-Los riesgos psicosociales solo apuntan a la baja laboral como solución.

Creo sinceramente que es el momento de hacer valer todas nuestras razones. No podemos dejar pasar la oportunidad que el momento económico coyuntural que esta isla nos blinda para conseguir mejoras económicas, y a su vez avanzar en disminuir los riesgos psicosociales tan elevados en nuestra profesión.

Tenemos dos opciones:

1º Seguir otros diez años más quejándonos y lamentado nos de nuestra precaria situación. Eso si con la satisfacción que al pasar esos diez años quizás hayamos experimentado una subida de 30€.

2º Dejar nuestras diferencias personales y pedir lo que nos merecemos como BUENOS/AS PROFESIONALES.

El camino de la segunda opción por supuesto que no será fácil. Pero no debemos olvidar que somos el pilar de todo esto y sobre todo que tenemos RAZONES tan grandes como nuestros corazones.

Antonio J. Mascaró.

La Despedida

La Despedida

Envuelto en finas capas de olvido consume los días al igual que el confiado animal ya con los años domado.

De pasos cortos la vida se le hizo larga. Al igual que la longeva ballena busca esa orilla, su última orilla.

Artista de la prudencia y  el disimulo con los años terminó por quedarse mudo.

Le gustaría volver atrás pero la vida solo entiende el paso del tiempo como las puntuales agujas de viejo reloj.

Sus promesas y sueños se perdieron en noches oscuras entre pliegues de húmedas sábanas y colchones cansados al igual que ese niño que sueña con dejar de ser niño sin darse cuenta que no hay billete de vuelta.

Ahora ya solo en su vieja butaca intentar ver más allá de ese cristal tan transparente como la mentira de lo aparente, y es que ahora ya tarde al final de sus días por fin lo ve todo diferente.