LA SENDA

LA SENDA

 

Mitigado por la semilla de la indiferencia dispuesto a postrarme ante el amplio  elenco de figurantes

Portadores de infortunio y mercaderes de quimeras.

Nos envuelven con cándidas palabras, nos mecen en la desidia con el mero objetivo de anular los sueños de libertad.

¿Donde quedo el  orgullo del humillado?

Bañados en el lodo de la ojeriza inmunes a las lágrimas del desaliento, escondidos bajo el caparazón de la sumisión, como mera condición, la rendición.

Aquí yacemos en este escaparate engalanado de luces, fraguado por los títeres de la codicia.

Mundo antagónico capaz de negar el agua al sediento sin más recurso que humedecer sus labios en las lágrimas de la injusticia, y a la postre saciar la sed del poderoso con la fatiga del oprimido.

Corazones anulados, latidos controlados sin más fuerza que el cansancio.

Años de batallas y a utopías, y como recompensa la ofensa.

Me dispongo a emerger fuera de este barrizal, sin más enseres que la rabia y la razón.

Resurjamos de este pozo de esclavitud e ingratitud.

Me rebelo ante este bosque plagado de caminos esbozados

Tierra madre abonada con la sangre y el sudor de aquel despojado de su honor.

Arboles protegidos por la fuerza de la injusticia

 Carceleros sigilosos siempre atentos al despertar del sometido, esparcen sus raíces por remotos recodos de esperanza.

Caminos sin más recorrido que lo perdido

 Como huellas la sangre del herido, como dirección la del olvido.

 

Despojado de todo miedo y sin más dolor que el triste color de este mundo  moribundo,  me abro camino entre la oscuridad.

Y una vez fuera de este averno me arrodillo a los pies del rio, y allí luces como la mejor de las luces.

Flor olvidada y castigada

Ante mi yaces sin más realidad que la Libertad.

 

Antonio José Mascaró Pérez

 

ABATIDO

ABATIDO

Zarandeado por el lodo de la impotencia

Así sucumbe mi conciencia

Caminar apaciguado por las riendas del miedo.

¿Donde quedo la duda?,

Eterna ayuda siempre acomodada y alterada.

Ahora postrado en el barrizal  de la agonía vienen mis días vividos.

¿Donde deje mis armas?, que no eran otras que mis sueños.

Aquí pertrecho en el arcén del camino

Al acecho del anhelo olvidado.

Pequeños susurros  del ayer se niegan a volver apartados por los chillidos de aquellos que en el caminar quedaron heridos.

Me incorporo, quisiera regresar a mi ayer.

Ante ti me postro guardián del camino,

En mi mochila el peso de la derrota,

Como sueños,

Renunciar a  soñar,

Abre el portón a esta triste sombra, permíteme cobijarme de este presente, del cual el corazón se cierne ausente.

Hastiado de sorbos amargos,

 Promesas que apresa y sortea  el mañana.

Puerta de mi ayer concédeme el placer de volverte a ver

Renuncio al seré,

Presente abstracto, sumergido en lágrimas condenadas.

Y así acaecen  mis días espoleado  por el tiempo.

Me aferro a los arboles del paso y en ellos dejando la exigua vida que me va quedando.

Antonio José Mascaró

PINCELADAS DE EXPERANZA

PINCELADAS DE EXPERANZA

 

 

Amanezco en la sala de las penas.

Otra noche sumergida en la derrota, en frente un nuevo día de batalla.

Prisionero de esta telaraña fraguada en la soledad de la multitud

Aspiro dejarme llevar por el viento, abandonar los grilletes de la impotencia,  cerrar el portón a la sumisión.

Siempre añorando lo que no tenemos mostrando indiferencia por lo que poseemos.

Tantos años luchando por estar a la altura que las piernas flaquean, los brazos se desvanecen, mi cuerpo  comienza a sentirse a gusto en la red.

Pero no nos preocupemos  la araña ya se encargara de darnos la pastilla de la felicidad, que a buen seguro nos acompañara el resto de nuestros días. Siempre dependeremos de ella y permaneceremos dormidos en vida.

Negra sombra has comido en mi mesa y dormido en mi lecho.

Me rebelo ante ti,

Armado con pinceles de esperanza y paisajes de ilusiones, sin más armadura que mi locura

Emprendo la ofensiva.

No quiero más noches arropado por el manto del miedo.

No quiero pasear por la calle del dolor.

No albergo más pena que tu pena.

Ante mi te tengo araña,

Tu mirada ya no daña.

Abro el telón de la vida, todo dispuesto para un nuevo acto.

Espectadores exigentes  de este nuestro presente, acomodados en sus butacas entregados a sus sueños.

Entre acto y acto pinceladas de un mundo abstracto.

En este largo camino perderemos al amigo.

Amaneceremos acompañados del abandono.

 En nuestros ojos  la huella de la escarcha.

Empujemos la duda y el miedo.

Apartemos el temor.

Rompamos las capas de dolor y busquemos el amor.

PD: Un motivo más para seguir caminando

http://ajmascaro.blogspot.com.es/

La Orilla

Alzo la mirada del que sueña con verte

Veneno dulce que absorbes las penas

Transparente te muestras, sin más pecado que tu belleza.

Paraíso de náufragos que se perdieron en la búsqueda de la razón.

Aroma marino curado al reflejo del tiempo.

¡Moja mi alma!.

En la orilla tu  piel brilla.

Mensajera de la distancia y confidente de sirenas.

Ante  ti me dispongo a enrolar mi corazón en el cándido contoneo de tus caderas,

Déjame sentir tus olas de pasión

 Ser pasajero de tu  corriente.

Tu calma, cuna de promesas, lecho de un amor errante.

Dejo atrás un mundo perdido

Herido de indiferencia castigado por el cortejo de la impotencia.

Camino a tu encuentro, sin más bagaje que las lágrimas de un adiós,

El sueño de la ilusión y el cansancio del caminante errante.