Si encuentras que la vida no hace más que cerrarte las puertas.
A que esperas para hacerle un boquete zoquete.

Bocados de Amor

Cautivo agraciado del deseo, a él me ciño como el niño al capricho.

Sentado a la mesa me dispongo con destreza a dejarme llevar, en ella no hay lugar a la pereza.

Territorio de sentidos con pasión consentidos. Los cubiertos esperando con sigilo que los hagan míos, se prestan al juego de lo banal. La dulce agua tiende su capa de reposo en la sombra de tu cuerpo hermoso, pequeños sorbos de asombro para calmar esta sed.

 Quisiera beberme tus dulces palabras, humedecer mis dedos con las lágrimas de tus ojos que siempre fueron preciosos.

Como primer plato un manso mar acompañado de pequeños momentos. La temperatura la de la pasión como el fin precisa.

Saboreo cada rincón de sus olas, cuerpo sazonado a golpe de primavera imposible de hallar en la nevera.

¿Puede a caso el caldo cálido de tus lagrimas apaciguar esta hambre?

A cada sorbo tuyo mas preso me siento de ti, temo terminar este plato y naufragar en el fondo del desconsuelo.

Pequeños bocados de pan horneado al contorno de tus labios. A buen seguro miente el que afirma que tu corazón es frio y seco, pues sin duda se confunde, es cálido, crujiente y siempre late valiente.

De segundo tu piel suave que tímida se muestra y su amor me demuestran. Quisiera morderte pero es tanto el amor a perderte que prefiero besarte y cuidarte, acompañarte al despertarte y amarte  al acostarte.

No quiero más comensales que tus abrazos.

No quiero más comida que compartir tu vida.

No quiero más bebida que una mirada tuya.

Como postre con un beso cerramos lo hecho.

 

Dame tu mano vallamos siempre de ella dado que nunca este amor a de conocer otro amo.

Con el paso de los años siempre al levantarme desayuno de tu ayuno y te miro, y en silencio te admiro.

Me acerco y al oído te digo

“No tengo miedo de mirar nuestro ayer, pues así recordaré hoy, lo que mañana podría perder”.

 

PD: Bueno para mi gusto un poco empalagoso, pero que le vamos a hacer siempre fui goloso.

 

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El Paseo

Ayer vagué por la avenida de la verdad.

Quise presentar a mis ojos un lugar diferente donde al pasar nadie queda indiferente.

En ella todo luce sin escaparates, se muestra ante nosotros como la noche resguarda a su hermano atrevido, el día.

Podría disfrazarse de parodia o simplemente callar su respuesta, llegar a ella por los portales sin número siempre cuesta.

Paré en el bar de la pasión allí la recordé, tan cobarde fui que sabiendo de sus lagrimas por miedo me aparte. Creyendo pasada su pena a su puerta tenté, al abrirse solo indiferencia encontré, tanta como yo por ella aporté.

 

Salgo de nuevo a la Avenida con mi derrota sostenida. Miro las firmes farolas que sigilosas asisten al paso de nuestra comedia, testigos impasibles de amores prohibidos, cafés compartidos y trenes perdidos. No queriendo perder detalle a la entrada del atardecer sus luces se encienden en busca de tanto duende que bajo la noche su amor esconde.

Al paso por la acera fingen mis ojos desagradable sorpresa, pues buscando salir de su pobreza observan gente revolviendo entre las sobras, mendigan en silencio dado que lo que les queda es su orgullo que el tiempo aun no ha robado.

Mis ojos están tristes tanta verdad les parece triste.

No aguantando su dolor les invito a pasar al portal de la esperanza, allí residen la ilusión puerta con puerta del tesón. En la planta de arriba su amiga la perseverancia, esta siempre tomando café con la paciencia. Nos despedimos con la promesa de nunca perderla.

Aquí no hay lugar para el interrogante, la derrota,  esa promesa rota o el corazón vacilante.

A tirones con la duda me dispongo a entrar en el colmado de los sueños, allí nada se compra, en ellos no reside ningún dueño. De prestado los coges según lo acordado, en las estanterías los tienes todos ordenados, podrás hacerte con el que quieras tanto como tú lo quieras, de entre todos solo uno aquí nunca encontraras y este es lo imposible.

Me cuesta respirar ante tantas sombras sin amo, cansado me siento en el portal del fatigado, solo aquí se que no hay más prisa que dejar pasar la brisa. Entre esta vida de bullicio y tanta queja por vicio este cuerpo sentado hablo con el silencio que ahora tanto aprecio.

La tarde se despide nos dice al oído que guardara en el ayer todo lo hoy vivido.

Ya descansado me dispongo al regreso, pero ya de camino me topo con la Plaza del Amigo, no puedo más que pasar y abrazarme a ese tiempo pasado, es ahora en la distancia donde se aprecia al amigo perdido. Mis ojos sensibles ante mi dolor tan visible dejan escapar la lagrima del arrepentido por el pacto de amistad incumplido.

Estoy ya en casa dispuesto a espera lo que no pasa.

Que difícil se me hace salir cuando no queda ilusión a donde ir.

Mis ojos se abren y al oído me susurran que ver es vivir, y siempre queda un lugar donde acudir pues la solución no es huir.

Rosendo-me gusta así

 

PD: Cuando empiezo a escribir muchas veces no se cual será la llegada, no tengo parada acordada pero por hoy esta es la llegada. Gracias por la atención prestada.

El Licor de la Sumisión

Despierto un día más en el fondo de esta triste botella. Se ve todo tan lúcido a través del cristal. Quisiera por momentos evadirme y salir de ella, que ingenuo es mi comportamiento, pequeña dosis de despiste para esta vida tan triste. Me creo protegido en el interior de ella, inmune al dolor tras este umbral.

Encerrado en mi botella con la mirada del silencio sobrevivo al paso de los días, mi cobardía se fragua en fiel alianza a esta barbarie que se muestra disfrazada de prepotencia y día a día nos roba la inocencia de nuestra  conciencia.

En el lodo de mi mazmorra solo los sueños consiguen alzarse acariciando el frio cristal empañado en su exterior por tantas lagrimas derramadas en el baile de la sin razón.

En algunos instantes retorna a mi recuerdo el aroma de la libertad, me despierta de este largo letargo y acompañado por la menguada fuerza que en mi triste sombra reside de la mano aspiro a quebrar esta injusta condena impuesta por la mano del insensible que sabiéndose dueño del poder se olvida del que es su deber.

Yacemos todos en nuestros respectivos recipientes, bien cerrados no sea que revienten y la temida revolución se intente.

En la repisa del olvido amontonadas esperamos el paso de este tiempo, como esperanza que llegue la noche, al amparo de su velo cubrimos la vergüenza, el dolor y el rencor.

Nos rotulan en estantes, siempre procurando quedar distantes. Bien ordenadas y conformadas nos etiquetan según vengan dadas. Allí aglutinadas mal vivimos parados, desahuciados, enfermos desterrados y ya por este sistema enterrados.

Si por el cuello de la botella osas tu cabeza asomar a buen seguro habrás de llorar, tal es fuera la realidad que el Gobierno tus ojos sellara.

Cuentan los supervivientes al reciclaje que todo aquel que decidió alzar la voz, tuvo por respuesta un futuro si cabe más atroz. Relatan que son depositados en gigantes contenedores para su reciclaje, durante su nuevo aprendizaje se les somete a distintos informativos  con mentiras de toda clase.

Tan repetida es la quimera que al final le pillan el gusto a los informativos de la primera.

Y así vamos pasando por la cadena de producción, y por último como licor el fruto de la sumisión.

Y ellos en el poder consiguiendo llevar a buen término su misión.

PD: Voy a meterme en mi botella no sea que me hagan salir de ella.

 

Antonio José Mascaró