La Espera

                                                                 La Espera           

Dicen que el que espera desespera.

Pero aquel que nada espera continuamente desespera por no saber a quien espera.

PD: La vida siempre es espera, si no vete a que esperas…

 

Antonio José Mascaró Pérez

Auxiliar Sanitario ( Residencias)

A golpes con la crisis de donde creía jubilarme me invitaron a retirarme.

Del trato a las frías maquinas, sin más confidencia que hacer el parte de sus incidencias, por destino o coincidencia me veo currando en una residencia.

Presto mis servicios como auxiliar sanitario (aseo, ayuda para las actividades diarias).  En el tiempo que llevo aquí he aprendido varias cosas que durante veinte años apenas ocuparon unos minutos de mis obligaciones. El primero y más importante a mi forma de ver es el calor humano, siempre me he considerado una persona bastante tímida, excesivamente diría incluso. Este trabajo me ha blindado la oportunidad de relacionarme más abiertamente. No considero que salvemos vidas, para eso ya están otras profesiones. Nosotros los acompañamos en el trayecto final de sus vidas, en la etapa en la cual son más vulnerables, la mayoría llegan con distintas enfermedades, bien sean depresiones, alzhéimer etc. Somos parte fundamental de ellos en esta etapa. En cada residente podemos ejercer distintas funciones, desde acompañante, psicólogo, asistentes, e incluso algunos se meten en el papel de médicos, eso sí, sin la facultad para prescribir ningún medicamento.

Son tantas las anécdotas graciosas que cada uno de nosotros vamos compartiendo en el día a día, las cuales nos van  enriqueciendo como personas.

Pero todo tiene un  pero, y en este caso es el desgaste tanto físico como psicológico al que nos vemos sometidos. Como anécdota me gustaría comentar que cuando converso con conocidos y me preguntan sobre mi trabajo al final lo suelen resumir con una frase “limpiando culos”. Particularmente creo que esta afirmación es cruel en todos los sentidos, en primer lugar por la persona que lo relaciona, pues evidencia una falta de sensibilidad y respeto no hacia nuestro colectivo, sino a mi forma de entenderlo hacia los residentes. Todo trabajo se merece un respeto, y si le añadimos que nuestros servicios van en beneficio de personas en su mayoría con una merma considerable de su autonomía, podría decir que incluso somos dignos  de admiración.

Otra de las cosas que corre en nuestra contra es el tiempo, muchas veces a la hora de levantar a algún residente le debe de dar la sensación de que ha habido un  golpe de estado y tienen que huir. Al acostar imagino que deben pensar que faltan camas y vamos rápidos con el fin de hacerles un favor no vaya a ser que se queden sin ella.

Esto que puede parecer cómico es triste, no olvidemos que el día de mañana muchos de nosotros pasaremos a ser residentes (algunos antes que otros por cierto), y no creo que sea del agrado de ninguno verse sometido a esas correteos. Muchas veces da la sensación de que cada día disputamos una carrera, mi humilde opinión es que a esas edades creo que prefieren un  buen paseo disfrutando del paisaje.

Valoremos el desgaste físico, creo que todo está dicho simplemente bastaría con hacer un seguimiento a los altos índices de absentismo derivados de accidentes profesionales en este sector. Las espaldas terminan como las colas de las lagartijas, se mueven solas.

El compañerismo, este no es intrínseco de este sector pero en estos años que llevo aquí, si bien no a nivel particular más bien en el entorno he venido apreciando mucha carencia en este sentido. Deberíamos aprovechar la oportunidad que nos blinda este trabajo el cual siempre necesita del compañero para olvidar pequeños quites a nivel personal. Yo como experiencia puedo aportar la mía, en mi anterior trabajo estábamos en esta situación, una vez en la calle te das cuenta de lo absurdo que es mantener esas pequeñas disputas, yo soy de los que piensan que todo el mundo es mejor. Muchas veces canalizamos nuestras frustraciones tanto a nivel laboral como personal hacia otras personas, y ahí reside el gran  error. Si nos paramos y analizamos con calma la situación estoy convencido que apreciaríamos que muchas veces son las condiciones desfavorables en el trabajo las que nos impulsan a enfrentarnos entre los compañeros. No exijamos a los políticos lo que no somos capaces de hacer nosotros mismos, olvidarnos de intereses personales y centrarnos en lo mejor para el residente.

 

Por último está el lado económico, a nadie se le escapa que si ponemos en una balanza las labores que realizamos y en otra la compensación económica el resultado sería como el cielo y la tierra. La baja remuneración económica no es más que el fruto del conjunto de varios factores. Por un lado durante décadas hemos sido los marginados de distintos sectores, hemos visto como mientras en años de bonanza otros sectores veían crecer sus condiciones económicas y sociales nosotros seguíamos estancados, nuestra labor casi rozaba el altruismo.

Tenemos lo que injustamente se nos valora, pero esto lejos de ser una excusa para caer en el desanimo tiene que servir de aliciente para seguir creciendo como personas. NUNCA el pretexto económico tiene que venirnos como tentativa para mermar nuestra atención hacia los residentes.

Tenemos que estar por y para ellos, de esa forma iremos calando en la sociedad y descubrirán que nuestra labor está muy por encima de “Quitar mierdas” como había expuesto al principio.

 

PD: Mi respeto a todo el colectivo que presta sus servicios en este ámbito, imagino que se verán en algunos aspectos representados en este escrito pero he visto conveniente centrarlo en los auxiliares pues es lo que al día de hoy soy y me siento, pero algo me dice en parte canalizo también algunas de sus sensaciones.

 

Un Saludo, sin ánimo de molestar y el simple afán de meditar

 

Están Hay

Están hay

Justo en el momento que temas no poder más,

Cuando pienses que estas de mas.

Si lo único que abrigas es el peso de la derrota, en esos momentos en los que el fardo de los problemas se ciñe a tu espalda, y  la angustia te deja el alma mustia.

Cuando lo único que te entra es la pena, después de  años de subir peldaños y cuanto más subes más daño.

El día que los gritos sean susurros, que sientas que lo último que te queda es el adiós, cierra los ojos y espera la noche.

¿Por qué la noche me otorga la verdad que a la luz del día

no alcanzo a distinguir entre tantas sombras?.

 

Amanece el día vestido de blanco. Debajo del traje, miseria y ultraje.

El desfile del disimulo al levantarse siempre es duro, sonrisa forjada por el tono del día obligada.

Ataviados con el uniforme salimos a un  mundo deforme, a sabiendas de no sentirnos conformes.

Ante nosotros como ofrenda bajo el fino hilo de los cristales lucen los escaparates.

Al paso por la trastienda hacemos uso de la venda, cegados por el cáliz de la indiferencia aceleramos el paso no sea que esa visión horrenda nos rompa la agenda.

Acelerados por el transcurrir del día pasamos por el día.

En el bar las noticias, pellizco a la consciencia, pequeño ejercicio de apariencia ante la concurrencia.

A la noticia recorte, pues no le falte tiempo al deporte.

Un parado siempre callado no fuese que moleste al buen ambiente creado mira el parte del tiempo. Anuncian clima templado, en países del Este nublado y el resto soleado.

El parado asombrado y en sus adentros cabreados le hiere lo anunciado.

Invisible se siente, pues sabe que la luz del día le miente, el tabernero pudiente habla con los clientes según el Gobierno todo mejora considerablemente.

Cansado y cabizbajo te vienes abajo.

Llega la tarde, el alma te arde. Quisieras subir al puente y saltar, abandonarte a tu suerte.

Y allí en lo alto el sol se despide manso para dar paso a la noche.

A tu memoria llaman las voces de unos niños que como cada noche aclaman tus besos y tus brazos de abrigo.

Vuelve a casa que todo pasa.

Ayer no veías el mañana y hoy ya es ayer.

PD: Al principio no sabía muy bien lo que escribía pero cuando entre en el bar me acorde de ellos, cinco millones de parados.

 

Antonio José Mascaró Pérez

 

¿Quién no ha tenido un momento de ….´

 

Qué triste buscarte en instantes de vacío.

A veces visita inesperada entras sin anunciarte, a sabiendas de tenerlo todo de tu parte.

Aguardo acariciar tus palabras, mecerlas en mis manos, dejarme llevar donde solo tú me consigues llevar.

Tomate mi tiempo, pues nunca serás visita a destiempo.

Cuantas frases se perdieron en las sombras de mi olvido.

Te necesito como el marinero a la brisa salada del mar.

Años de confesiones sin más condiciones que mudar tus secretos en renglones.

A ti te estoy evocando, llevo días errando por mis  rincones, luchando por hilar un momento de ti.

No me dejes en este mundo de indiferencia, donde solo tu presencia marca la diferencia.

Cuantas almas sucumbieron a tu espera

Cuantos sueños hechos pesadilla a falta de la semilla.

Ausente entre mi gente, esperándote entre tanta gente.

Mis dedos borrachos de soledad bajan la guardia, las palmas extendidas junto a esta página en blanco.

Mis ojos fijos en la hoja, donde toda mi impotencia se aloja.

 

En el filo de mis noches aturdido por el día perdido, creo distinguir tus pasos, alzo los brazos en busca de tu abrazo.

Vuelve sin más dilación,

Tú mi amada

Inspiración.

 

PD: Hoy no sabía que contar y me acorde de ti, Inspiración.

 

Antonio José Mascaró Pérez

  

 

 

 

 

TE AMO

Revolviendo palabras bonitas encontré el silencio

Juntos hablamos

Y sin más palabras que tu  mirada callada en tu compañía soñé pasar el resto de mis días.

Quisiera escribirte cosas hermosas, entregarte mi tiempo que es tu tiempo.

Puede una caricia tuya sanar este cuerpo molido por años de olvido.

Puede tu voz ser melodía en este mundo sordo de día y pleno de sollozos y reproches al adentrarse en la noche.

Puede un guiño darme el coraje para enfrentarme a este triste personaje siempre presente en el equipaje,

Moribundo en la plaza de las sombras, invitado de gala en la fiesta del ausente, así me siento afincado en mi triste presente

Oigo mi alma decadente al no tener mi amor en frente.

Son estas las palabras del que sueña seguir por siempre a tu lado.

No he de temer a la enfermedad o a la edad pues sería necedad al beber del amor que me das.

Dame tu mano, y juntos caminemos a un mundo lejano.

La Duda

Salí en busca de la verdad y me tope con la mentira,
juntos forjamos la duda.

VOY EN TU BUSCA…..

 

Cuantas noches intente conquistarte

Cuantas tardes creí agarrarte para en la mañana no saber tenerte.

Amiga del sanado y desconsuelo del que no abriga el mañana. Eres tan querida como temida pues tu ausencia es el fin de mi presencia.

Compañera de despedidas, aciaga aventurera caprichosa que sabiéndote dichosa te sientes  poderosa.

Polizona en equipajes que partieron sin más compañía que la soledad.

En cada carta, mirada o llamada siempre esperada. Encubridora del desahuciado, quimera del desamor y verdugo del último adiós.

Lagrimas sedientas riegan los sueños del que se niega a saberse vencido,  despojado de un pasado concluido, con el presente ausente y como futuro un camino oscuro.

Déjame llamarte a sabiendas que de mi te alejaste, no me prives de acariciarte. Me niego a ir al encuentro de los que el desamor mato por dentro, me rebelo ante la enfermedad que me envuelve sin piedad, me agazapo en el vagón del mañana por más que el presente me niegue el billete.

Sentado al lado de mi condena la miro y en el fondo siento pena. Aciaga compañera sin más alegrías que las penas, te sabes vencida pues mi muerte es tu suerte, y no existe suerte que se premie con  muerte.

En esta balanza que es la vida, sin más armas que la confianza voy en tu busca Esperanza.

 

PD: Bueno dedicada a todos/as que estamos pasando por un mal momento bien emocional o por enfermedad, por mucho que cueste tenemos que seguir en busca de ella “Esperanza”.

 

Antonio José Mascaró

El Rebaño ( Nosotros)

EL REBAÑO (Nosotros)

 

Tumbado en el lecho del silencio percibo las voces del lamento.

Mecido en la hamaca sufriendo la estaca, hambriento de un nuevo viento que alcance a despertar  este pueblo moribundo en su letargo.

Embelesados por la melodía del día a día bailamos al son del flautista.

En medio de mi sueño soy libre de dueños, acomodo los prejuicios en el cajón viéndome  lúcido.

Mis piernas libres de  grilletes golpean el muro de la incomunicación, aquellos que en su día eran fuente de información.

Con las manos sin más esposas que su mirada jocosa me dispongo a cerrar el telón de esta obra agoniosa.

En mi sueño distingo los sonidos que llegan a mí:

Lamentos perdidos.

Latidos de corazones heridos en este mundo aturdido.

El ruido de las lágrimas al llegar a su destino, que no es otro que el mar de la impotencia.

 

Como precio a mi conciencia nadar en esta mierda bendecida por nuestra obediencia.

Mi persona cumple con sus formas en el rebaño, por momentos recuerdos de antaño cuando el bien no hacía daño.

Vuelvo a oír la nana, se empeñan en mecernos en la cuna del olvido.

Prisión abierta de borregos y mazmorra sin ventanas del que anhela pensar en el mañana.

Despierto y sedado cojo asiento en esta obra que nos han otorgado.

El pudor ahogado por el alto coste pagado, como botín lo robado.

 A nuestras espaldas las sombras de la dignidad humillada, en nuestro haber nada de lo que en su tiempo debió ser.

Dicen llamarse gobernantes, cuando no son más que farsantes.

Y aquí seguimos pastando en este mundo absurdo, asintiendo y balando.

Con meras migajas nos agasajan y nosotros disfrazados de felicidad vivimos de su mendicidad.

Y ahora con discreción pido disculpas por haber llamado vuestra atención.

Mi sueño se llama Rebelión.

Antonio José Mascaró Pérez

 

PD: Intuyo que puedo ser cansino, pero es el efecto que me produce el ver dos informativos diarios.

 

Te invito a visitar mi Blog.

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